Beltré, orgullo dominicano

Han pasado unos años desde que Adrian Beltré se retiró como pelotero activo de las mayores, y dejó a su paso una carrera con estadísticas impresionantes, además de un comportamiento ejemplar que aún mantiene.

Cuando lo entrevistamos por primera vez después de retirado, con mucha humildad mantuvo a un lado el tema de la posible exaltación sin querer opinar acerca de ello. “No quiero hablar de lo que no puedo controlar, ya hice lo que tenía que hacer, ahora solo nos queda esperar”, expresó.

Pero la lógica decía que el camino para convertirse en el quinto dominicano que llegaría al templo de los inmortales estaba claro y definido. En su primera aparición en la boleta fue elegido con el 95.1% de los votos, haciendo honor a una magnifica carrera.

Como defensor de la tercera almohadilla, su ofensiva fue extraordinaria. Es el único que ha conectado tres mil hits jugando esa posición, 3,166 para ser exactos, pero además es el tercero de toda la historia en la lista de cuadrangulares con 477, detrás de Mike Schmidt (548) y Eddie Matthews (512).

Debutó en 1998 con Los Dodgers frente a Anaheim, pegando dos indiscutibles, uno de ellos de doble mérito para su primer extrabase de 1,151 producidos, otra cifra récord para un pelotero de su posición, al igual que en las bases alcanzadas al momento de colgar los spikes en 2018 con 5,309.

Siempre puso números ofensivos impactantes. Ganó el “bate de plata” en cuatro temporadas. La primera vez en el año 2004 cuando pegó 49 HR’s, líder de la Liga Nacional, repitiendo la distinción en el 2010 jugando para Boston, y con Texas en las temporadas 2011 y 2014.

Su defensa fue sobresaliente. En 2,759 juegos como antesalista, apenas cometió 311 errores, para un .960 porcentaje de fildeo. Por esto recibió cinco guantes de oro, premio al mejor defensor por posición en cada liga, y dos guantes de platino, reconocimiento otorgado a la mejor defensa en general de cada circuito.

Ahora Adrián Beltré será recibido en Cooperstown por don Juan Marichal, Pedro Martínez, Vladimir Guerrero y David Ortiz, todos con una etiqueta de excelencia que dice orgullo dominicano.