El Ministerio de la Mujer inicia como una Dirección de Promoción de la Mujer el 17 de agosto del año 1982. En el 1999, la Ley No. 86-99 crea la Secretaría de Estado de la Mujer. En el 2010, mediante el decreto 56-10, esta institución se convierte en Ministerio de la Mujer.
Entre sus grandes logros, cabe destacar la importancia de la atención y el acompañamiento legal que se ofrece a las mujeres víctimas de violencia machista, el establecimiento de la línea de emergencia, de las Casas de Acogida y la implementación de políticas públicas de prevención de la violencia.
Profundizando en los aspectos misionales del Ministerio cabe preguntarnos: ¿por qué últimamente luchas fundamentales de las mujeres han sido desplazadas por temas inconsistentes con nuestra realidad? ¿Por qué no se ha aprobado el Proyecto de Ley que crea el Sistema Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, de autoría del senador reelecto Félix Bautista? ¿Por qué no se han aprobado las tres causales, si el anterior Poder Ejecutivo se ufanó de apoyarlas, contaba con una legislatura morada, el apoyo de diversos sectores de la sociedad civil y hasta externos? ¿Por qué no se han inaugurado Casas de Acogida que llevan años en construcción? ¿Dónde está el Observatorio de Violencia y Discriminación contra la Mujer?
¿Cuál ha sido la prioridad? Para el hoy antiguo Poder Ejecutivo, la prioridad ha sido imponer a como dé lugar lo que unas llaman ‘políticas de género’, otros califican como ‘ideología de género’, y en realidad son políticas de ‘identidad de género’.
La pasada administración del Ministerio de la Mujer declaró sentirse altamente complacida de entregar al país el Plan Nacional de Igualdad y Equidad de Género III 2020-2030. Respecto a la relevancia del documento, la entidad expreso que este “permite identificar cómo se interrelacionan y refuerzan entre sí las diferentes formas de expresión de la discriminación basada en la desigualdad de género, clase, edad, etnia, nacionalidad, estatus migratorio, orientación sexual, identidad de género, entre otros”.
¿Las mujeres y niñas en la República Dominicana tienen una ‘identidad de género’? ¿Dónde y cómo se consensuó eso?
Hablamos de un tema que corre como pólvora a nivel internacional, ya que estas nuevas conceptualizaciones de repente aparecen en propuestas legislativas, instituciones del Estado y normativas públicas sin ningún debate democrático transparente en la palestra pública.
¿Qué es la ‘identidad de género’? Para contextualizar, debemos referirnos a las propuestas legislativas que rondan nuestro Congreso Nacional. En el Proyecto de Ley de Prevención de la Violencia contra la Mujer, en el Anteproyecto de Igualdad y No Discriminación y otros más, se ha intentado plasmar que la ‘identidad de género’ es definida como: “La conciencia y el sentimiento, que se convierte en convicción, de ser mujer o ser hombre, femenino o masculino”. Mientras que los roles de género se entienden como: “todo lo que la persona hace o dice para indicar a los otros y/o así mismo, el grado en que se es hombre o mujer (o inclusive ambivalente). Es la expresión pública de la identidad asumida mediante el desempeño de diversos papeles en la vida sexual”.
¿Las pioneras que idearon y concretaron aquella Dirección de Promoción de la Mujer, imaginarían que, eventualmente, el propósito de esa institución sería conceptualizar dentro de nuestras políticas públicas que la mujer dominicana es “un sentimiento”? ¿O que la mujer es “una identidad”, cuyo grado varía según expresiones? Imagínese un Ministerio de Economía que no sepa qué es el dinero o un Ministerio de Salud Pública que ignore qué es la salud o la enfermedad.
Usted que me lee, su jefa, su primo, su abuela y yo sabemos muy bien que las mujeres son seres humanos, no abstractos teóricos. Entre la población dominicana, nunca ha existido confusión. Ahora bien, si el organismo cuya responsabilidad es “influir en la transformación de la sociedad para que mujeres y hombres disfruten de igualdad de derechos y oportunidades” lo ignora, entonces, ¿cuál es el propósito de esta institución? Ante una nueva gestión del Estado dominicano, urge aclarar: ¿en defensa de quien trabajará este ministerio: de las mujeres o del género?