1.- A los pueblos atrasados y dependientes de intereses extranjeros, tal cual es el dominicano, los emboban mediante engaños para que crean que son libres, independientes y soberanos.
2.- Un país goza de autodeterminación cuando ejerce su derecho a la liberación, y en particular a la creación de una organización estatal propia, y el régimen económico conveniente a su pueblo.
3.- La independencia nacional resulta de la facultad de un Estado para, real y efectivamente, dirigir su política interior y exterior, así como el dominio absoluto de su territorio.
4.- La independencia y autodeterminación dominicana, son formales, porque, para ser real, necesitan sus autoridades contar con el poder de decisión y de control estructural, orgánico.
5.- La realidad enseña a las dominicanas y a los dominicanos con posibilidad de alcanzar a ver lejos, más allá de sus narices, que en su país, independencia y autodeterminación, no son más que una ficción, un cuento, una fantasía, un mito, una ilusión.
6.- Me he sentido movido a hacer este escrito porque hace unos días la prensa nacional publicó que: “soldados del Comando Sur recorrieron la frontera dominicana y observaron el desarrollo del intercambio comercial y la operatividad de tropas desplegadas en la frontera con Haití”.[i]
7.- Con relación a la presencia de militares norteamericanos haciendo labor de inspección en el territorio nacional dominicano, el presidente Luis Abinader, declaró: “No tengo información, son visitas que piden y nosotros, bueno pues, se acceden. Ni ellos han dado comentarios, ni nosotros le pedimos tampoco que nos den informe sobre eso”. [ii]
8.- Mientras el presidente Luis Abinader, declaró no saber nada de la presencia de los militares norteamericanos en la frontera dominicana con Haití, el portavoz de la Embajada de Estados Unidos en el país, Gabriel Hurst, dijo lo siguiente:
9.- “La reciente presencia de militares de Estados Unidos en Dajabón no fue más que una actividad rutinaria para observar la efectividad del entrenamiento y del equipamiento proporcionado a las fuerzas dominicanas por parte del gobierno de los Estados Unidos”. [iii]
10.- Ampliando su opinión, el señor Hurst, precisó: “Ocasionalmente, llevamos a cabo reuniones de rutina con nuestros socios de seguridad aquí en la República Dominicana. Nuestras reuniones de rutina están orientadas a reforzar nuestra colaboración con las comunidades locales, profundizar nuestra comprensión sobre los desafíos de seguridad y reafirmar nuestro firme compromiso con el brillante futuro de la República Dominicana”.[iv]
11.- La sumisión del gobierno dominicano, hoy, al de los Estados Unidos, es la misma de sus predecesores, tal como se evidencia por lo que fue la relación de los cuerpos armados dominicanos, en la época que gobernó el doctor Balaguer.
12.- Davis Fairchild, que ostentó el cargo de oficial ayudante del Programa en la Misión de AID en Santo Domingo, desde el mes de abril de 1966, a septiembre de 1967, manifestó, en el curso de una entrevista, lo siguiente:
13.- “No hacen más que esperar que Military Assistance Advisory Group, (MAAG), les diga qué deben hacer, y, por otra parte, el presidente de la República Dominicana, tiene menos poder sobre los militares del país que MAAG. La misión de setenta y cinco hombres de MAAG, vive, come y duerme con los militares dominicanos”. [v]
14.- La actitud, el proceder de los asesores militares norteamericanos, no difiere hoy, con la del pasado, lo que se comprueba con la cita siguiente: “un grupo de estudio del Congreso de los Estados Unidos que visitó el Perú, Colombia y Panamá en 1970, describió que se daba esta misma clase de íntima vinculación entre los militares de dichos países y las misiones norteamericanas de los Estados Unidos en ellos destacadas”. [vi]
Ideas finales
15.- En las escuelas universitarias de ciencias políticas de la República Dominicana, los profesores que, se supone, son intelectuales honestos, están en el deber de explicarles a sus alumnos el concepto de independencia real, soberanía verdadera y plena autodeterminación, todo relacionado con nuestro país.
16.- Al pueblo dominicano hay que hacerle saber que la lucha por la liberación nacional, es una necesidad dialéctica, y hasta que no la logremos, carecemos de independencia, soberanía y real autodeterminación.