Slogan casi comercial, como se concibe a sí misma, la organización que, como termómetro de la enseñanza y el aprendizaje, se dedica a “auscultar” los resultados de la educación en muchísimos países. El Informe PISA es el “Programme for International Students Assessment” (PISA), estudio llevado a cabo por la ODCE, Organización para el Desarrollo Económico, compuesta por 38 estados, con sede en Francia. Se le conoce también como: El Club de los países Ricos. El informe se hace por encargo de gobiernos e instituciones que manejan el sistema educativo de los países participantes. El objetivo de este análisis “es proporcionar datos comparables, que posibiliten a los países mejorar sus políticas en educación y sus resultados, ya que este análisis no se evalúa al alumno, sino al sistema en el que está siendo educado”. Este trabajo se realiza regularmente cada tres años. Se revisan tres áreas de competencia: lectura, matemáticas y ciencias naturales, entre estudiantes de 15 años, sin importar el nivel escolar en que se encuentren. Se evalúa la capacidad “para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real”, utilizando problemas auténticos. En las pruebas del 2022 entre los 10 mejores, en lo que a sistemas de educación se refiere, no se incluye ninguno de Latinoamérica. Chile es el de mejor rendimiento en América latina y el Caribe, seguido por Uruguay con los puestos 43 y 45 respectivamente. Dominicana es el 79, delante de Paraguay y Haití. En matemáticas entre las mediciones de 2022 y 2018 hay un crecimiento en nuestro indicador de 14 puntos. Se considera que nuestra educación tiene un rezago de 7 años con respecto a Singapur, líder de esas pruebas. En ciencias, Dominicana tuvo un buen rendimiento de 226 a 340 puntos, lo mismo que en lectura que saltó de 342 a 351 cuando el promedio es de 476, por debajo del promedio en los tres renglones medidos. Nuestro rendimiento es: 92% de los estudiantes con bajo desempeño en matemáticas; 77% en ciencias y 75% en lectura. Es reconocible que dentro de la gravedad de la educación dominicana se presenta una mejoría, y es la segunda vez que el país participa, pero ocupa una frustrante posición del número 79 de 81 países. En un estudio del BID respecto a la inversión por estudiante, refleja que “Panamá y República Dominicana” logran un desempeño muy por debajo del esperado dada su inversión”. El Gobierno ha celebrado, como factor político en época eleccionaria, la “mejoría” en las mediciones de PISA del 2022, victoria pírrica, pero avance al fin. Es evidente que se precisa de esfuerzos titánicos de los actores principales y creo que un ejercicio revelador sería determinar en qué medida el Ministerio de Educación (Minerd), los profesores (con la ADP como representante valido) y los padres, contribuyen a esos vergonzantes resultados y cómo la permisividad endémica entre nosotros, como pueblo, contribuye como cómplice, a ello. Tuvimos un mejor sistema educativo que se fue deteriorando, hasta lo actual. Analicemos qué se hacía y qué pasamos por alto. Si repetimos errores no mejoramos. Hoy se moldea el dominicano del cercano mañana, no es solo cuestión de recursos.