Unos meses atrás escribí un artículo en el cual afirmaba que la salud era un árbol de muchas ramas. En ese escrito, me enfocaba en la importancia de contar con una buena salud emocional, lo cual implicaba poseer la capacidad de controlar las emociones, respirar, contar hasta 10 y medir consecuencias.
Aunque el autocontrol es una muestra irrefutable de inteligencia emocional.
Cuando las personas hablan y piensan en salud, de inmediato se centran en la parte física. Es decir, que para la mayoría, tener salud significa no estar enfermos. De igual forma, es generalizado el pensamiento de que para gozar de salud, es necesario hacer ejercicios, comer saludable, tomar agua, dormir más de ocho horas y realizar evaluaciones médicas de manera regular.Sin embargo, esa misma mayoría, ignora que existe y debe existir siempre, conexión entre el cuerpo y la mente.
De nada vale tener un cuerpo perfecto, una salud física de hierro, si se descuidan la estabilidad emocional y la salud mental.
Es urgente erradicar la errónea convicción de que al siquiatra solo debe acudir alguien que ha perdido o está a punto de perder la razón. Nada más alejado de la realidad. Muchas veces las personas atraviesan situaciones que resultan muy difíciles de manejar, si no se cuenta con el acompañamiento de un profesional de la salud mental.
Los seres humanos reaccionan de manera distinta a las mismas situaciones. Algunos pueden lidiar con el dolor, la frustración, el éxito o el fracaso, pero para otros, es sencillamente imposible asimilarlo.
Al parecer, no acabamos de entender, lo extremadamente frágil que es la línea del equilibrio, tan fina que se puede romper con suma facilidad y con el mínimo esfuerzo.
En los últimos días, a través de los medios de comunicación, hemos visto con estupor, informaciones que revelan los niveles y alcances de la crisis de salud mental que afecta al país y a toda la humanidad. Sin embargo, esta rama de la salud, continúa sin recibir la debida atención. Las autoridades no presentan planes concretos para hacer frente a esta problemática, a pesar de que en otras sociedades se desarrollan campañas de orientación sobre los signos que presenta una persona con problema de salud mental, así como las recomendaciones que debe seguir para encontrar la ayuda necesaria.
Sería bueno desarrollar planes y estrategias para educar a la población para que entienda de una vez y por todas la importancia de prevenir y cuidar el bienestar mental, del mismo modo en que se cuidan el cuerpo y el alma.