Tener en cuenta de dónde venimos es fundamental para saber hacia dónde nos dirigimos. Pero también lo es, saber lo que queremos, para no distraernos en cosas accesorias que nada tienen que ver con nuestros propósitos o con nuestra meta final.
Más fundamental aún, es nunca olvidar a aquellos que contribuyeron con nosotros para acercarnos cada vez más a nuestro objetivo.
Agradecer y siempre tener presente que sin su presencia en nuestras vidas jamás habríamos podido lograr aquello que tanto anhelamos.
Es cierto que hay personas cuyo talento y capacidad no están en discusión, pero que sin el estímulo o reconocimiento de otros jamás habrían podido explotar y dar a conocer ese talento. En muchos casos, personas con asombrosa capacidad para llegar a lo más alto, para lograr todas sus metas, se quedan estancadas, porque no encontraron una mano amiga que les llevara por el camino correcto hacia el lugar donde pudiera realizarse.
Ser agradecidos con todos aquellos que nos acompañaron en el camino, es lo menos que podemos hacer, es la muestra más firme de humildad. Es reconocer que solos, sin su ayuda y sin contar con su dirección, consejos y apoyo, no lo habríamos logrado.
Muchas veces, el ego y la soberbia se confabulan para hacernos sentir superiores, y creemos que es sinónimo de debilidad mostrar gratitud hacia aquellos que nos apoyaron en nuestros comienzos.
Es más, hay quienes son incapaces de admitir que les deben sus carreras y posiciones a la confianza y apoyo de alguien que creyó en ellos cuando todos dudaban.
Son muchas las historias de personas que luchan a toda costa por olvidar sus orígenes, el lugar de su punto de partida y a las personas que les rodearon, cuando las circunstancias no les eran tan favorables. Temen dar gracias a aquellos que les dieron una oportunidad, pues se niegan a compartir créditos.
En verdad, en la vida nada es fácil, y es cierto que cada quien debe esmerarse y trabajar duro para alcanzar lo que desea, pero siempre, todos tenemos ese alguien a quien decir: “Gracias, por haber creído en mí ”.
Agradecer a las personas que nos ayudan a crecer y a ser mejores, en el terreno que sea, no es sólo ser agradecidos, es más que eso, es ser inteligentes. Es, además, una muestra de que estamos dispuestos a hacer por otros mañana, lo que alguien hizo por nosotros ayer.