Dice un adagio que “las águilas no cazan moscas” y la verdad que por interés, conveniencia o distracción podemos ser llamados para las alturas y escogidos por un vivo para rebajarnos a desarrollar proyectos que tal vez dejan dinero pero por igual pérdidas y por mucho… Las águilas no temen a los charcos ni a las corrientes del río, si dejas tu lugar por las circunstancias distractoras y olvidas que Dios te llamó, estarás echando tus raíces en lo temporal. Caminante, la vida pasa factura pero en las alturas no hay límites para volar. Por tanto recuerda que mientras avanzar requiere todas tus fuerzas, subir de nivel exigirá tu obediencia máxima. Ocupa tu lugar por encima de ataques, oposiciones, distracciones y temores, las victorias fueron diseñadas para valientes!