Si quieres, puedes. Solo basta con quererlo para lograrlo.
Nos dicen y muchas veces nos demuestran, que la voluntad se puede imponer ante la más terrible adversidad.
Nos aconsejan a no mirar obstáculos y si los hay, debemos ignorarlos, seguir adelante, sin parar, sin dudar.
La voluntad, la entereza, la determinación, juegan un papel preponderante en nuestras vidas y en el éxito de todo lo que emprendemos. De eso no existen dudas.
Es necesario no dejarse vencer, sin luchar hasta el final, sin agotar hasta el último recurso, sin poner el máximo esfuerzo.
Pero, en algunas ocasiones, la voluntad y determinación no son suficientes, sobre todo, cuando no contamos con aliados comprometidos con nuestras causas.
De nada vale darlo todo, si aquellos que están a nuestro lado no hacen nada para que las cosas funcionen, al contrario, sin notarlo, ni proponérselo, pasan a hacer causa común con nuestros adversarios.
Aunque más de uno ha salido airoso, no todos pueden decir lo mismo, tras un largo tramo nadando contra la corriente.
Las adversidades terminan por aniquilar las fuerzas y el entusiasmo de continuar hasta alcanzar un objetivo.
El camino de por sí es largo y difícil, y si encima, surgen obstáculos y algunas personas se convierten en piedras en ese camino, será doblemente difícil y lo que tanto deseamos, se irá alejando más y más de nuestro alcance.
Otro elemento indispensable para lograr, para alcanzar, para triunfar, es la fe.
No solo esa que proviene de las creencias religiosas, no.
Se trata de la fe en sí mismos y en todo aquello en lo que creemos y que tanto queremos.
La fe es más del 50 por ciento del éxito. Creer que podemos, creer que contamos con todo para lograr lo que nos proponemos, representa más de la mitad del camino.
Si bien es cierto que se necesita más que voluntad, entereza, determinación y fe para vencer y lograr nuestros objetivos, no menos cierto es que otros factores deben conjugarse, como la compañía de personas que se sientan parte de eso que tanto anhelas, que sean aliados y no adversarios, que faciliten en lugar de dificultar, que apoyen en vez de criticar.
Es mucho lo que se requiere para salir airosos en cada reto de la vida.
Porque no siempre basta con querer para sea posible hacer o lograr lo que se desea.