En una entrevista realizada al papa Francisco por las periodista de Televisa y Univisión Maria Antonieta Collins y Valentina Alazraki y que fue publicada el pasado día 12 de julio, el pontífice alertaba de que la humanidad estaba viviendo “la Tercera Guerra Mundial a pedacitos, en capítulos, con guerras en todas partes”.
En esta conversación, que duró dos horas, con relación al conflicto entre Rusia y Ucrania, el papá dijo que prefería hablar de las víctimas y no de los victimarios del país que es agredido y de las cosas salvajes que leemos y que ya se sabe quién las hace”.
Asimismo, enumeró una serie de conflictos a nivel mundial que sustentan su creencia de que, ciertamente, hace años que el mundo sufre las consecuencias de la Tercera Guerra Mundial.
“Hace años que se viven guerras salvajes de destrucción”, sentenció.
Para muchos, hablar de una guerra mundial, que sería la tercera, resulta aterrador, otros piensan que no duraría mucho, a juzgar por el arsenal nuclear que poseen las super potencias, que de accionar sus botones de guerra harían desaparecer naciones enteras. Los religiosos no parecen sorprenderse con nada de esto, ni con las carencias, ni con la sequía, ni con los desalentadores vaticinios de la escasez de alimentos que provocará una hambruna apocalíptica, ni con las enfermedades, ni con las cifras astronómicas de muertes generadas por pandemias como las provocadas por el coronavirus.
Para ellos, estas son solo señales del anunciado fin del mundo, que de manera inexplicable, las personas de fe esperan como una recompensa para obtener al fin la anhelada “vida eterna” para los buenos y el merecido castigo para los malvados.
El libro de Apocalipsis, de la Santa Biblia, detalla, de forma aterradora cómo serían los últimos días del mundo que conocemos. La manera gráfica en que, en esta parte, la biblia describe cómo serán castigados los malos y como irán cayendo los grandes reinos de la tierra, es estremecedor, no dista mucho del infierno de Dante, no podría ser puesto en escena ni por las mentes más brillantes de Hollywood, aun contando con la más avanzada tecnología y mejores efectos especiales.
Los tiempos que vive la humanidad, como todo en la vida, tiene dos lados, dos caras, dos versiones que para cada uno de sus sustentantes es la pura verdad.
Por un lado unos ven el anunciado Armagedón y por el otro, solo es una lucha de poder, de egos, de demostrar quién es más poderoso, sin importar que al final, el precio lo pagaremos todos.