Entre los mayores problemas de la humanidad, para lograr aquellas cosas que se propone, se pueden citar la falta de decisión, la inseguridad, el temor a desagradar a su entorno, aunque eso implique, dejar de ser sinceros, y dejar de ser auténticos.
En muchos casos surgen obstáculos y situaciones que nos retrasan en el camino y nos hacen detener para tomar energía o para cambiar la estrategia, el caso es que siempre, por alguna razón las cosas no marchan del todo como quisiéramos y nos sentimos frustrados.
En cada situación que se nos presenta, siempre estamos buscando un responsable, vemos enemigos por todos lados y en vez de buscar soluciones nos enfrascamos en problemas y acusaciones.
Quizás estas son las razones por las cuales el transitar de esta vida se hace tan difícil, tan tormentoso. Quizás por eso, muchas veces no logramos avanzar.
Buscar la causa de las cosas, es bueno, pero a veces nos hundimos en los por qué, sin darnos cuenta que se nos va el tiempo y así dejamos pasar muchas oportunidades. Es cierto, tenemos muchos adversarios, aquellos que de manera frontal nos encaran y aquellos que se fingen aliados, pero que en el fondo son nuestros enemigos.
De todo hay en la vida y a todo nos exponemos, pero es de sabios saber reconocer cuando el peor de nuestros enemigos somos nosotros mismos, nuestra soberbia, nuestra falta de decisión y la poca honestidad para reconocer cuándo y en dónde fallamos.