Las personas han convertido en hábito criticarlo todo. Frente a cualquier situación, actitud o problema, la gente recurre a la crítica, hace cuestionamientos, se quejan.
Sin importar cuan lastimados podrían resultar aquellos que se esfuerzan porque las cosas sean mejores, las personas, en su mayoría, demeritan cada esfuerzo y restan importancia a cualquier logro encaminado a alcanzar una solución definitiva a cualquier problemática.
La sociedad quiere resultados inmediatos, pero cada quien deja la responsabilidad en otras manos.
La crítica es, al parecer, el mejor y a veces el único argumento para hacer frente a diferentes situaciones.
Las personas nos hemos limitado a cuestionar lo que hacen otros, en el entendido de que si fuéramos nosotros de seguro lo haríamos mejor, pero resulta que cuando se nos presentan el reto o la oportunidad de entrar en el lugar de ese otros o esos otros, no sólo fracasamos, sino que cometemos los mismos errores que antes criticamos.
A todo le ponemos faltas, pero no aportamos una sola idea que contribuya a corregir lo que nos parece tan mal.
Creemos que hasta la educación de nuestros hijos es responsabilidad de otros.
Nos quejamos del machismo, para solo poner un ejemplo, y exigimos al gobierno implementar medidas que lo erradique.
Sin embargo, seguimos justificando el abuso a otra mujer si el agresor es nuestros hijo o algún pariente cercano del sexo masculino.
Es así con casi todo aquello por lo que nos quejamos o aquello que criticamos. Muchas veces, la solución está en nuestras manos, pero en vez de emplear las energías en tomar las acciones que se ameritan, nos desgastamos en críticas destructivas, cuyo único saldo es el dolor que causan a quien las padece.
Es difícil cambiar un patrón de conducta que se ha convertido en un estilo de vida, pero en la medida de lo posible, al menos aprender a reconocer lo que es correcto, lo que ayuda, lo que al final traerá los mejores resultados.
Una buena medida, para empezar, sería admitir que en vez de quejarse o esperar que otros hagan, debemos tomar acciones para mejorar lo que nos afecta.