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La pandemia de COVID-19, la cuarentena y el toque de queda, decretado por el Gobierno Nacional, me han obligado a no poder publicar mis artículos en el valioso e interesante periódico elCaribe, del cual fui en mi natal pueblo de Salcedo su primer canillita y pregonero cuando fue creado el 14 de abril de 1948.
Este virus se identifica de varias maneras, pero principalmente por problemas respiratorios, tos, fiebre, diarrea o dolores en el cuerpo, pero principalmente porque ha puesto el mundo de rodillas, lo que invita a orar principalmente ante Dios nuestro señor para que nos proteja y nos defienda de esta pandemia que ha desbordado la epidemia de la tuberculosis, la sífilis y las enfermedades venéreas que propiamente cual el canadiense Alexander Fleming, inventó la Penicilina, cuyo uso aún se mantiene así como la epidemia del VIH-SIDA, que se adquiere mediante el acto sexual y que afecta principalmente a los grupos gays.
Hace algunos años leí el interesante libro del Santo Sacerdote Español Ignacio Larranaya, pero que desplegó su magisterio por muchos años en la hermana República de Chile y es el autor de los Talleres de Oración y Vida al que asisten muchos feligreses de la Iglesia Católica y de los cuales mi esposa Esperanza fue una de sus principales guías ya recientemente retirada por sus años y algunos quebrantes de salud. Este libro lleva el título de “La Falta de la Decadencia”, y en que este sacerdote manifiesta que la homosexualidad es una enfermedad y no una depravación como afirman otros.
Idea de que la homosexualidad, no es una depravación, sino más bien una enfermedad provocada por genes equivocados de tal manera que él dice haber tratado algunos cristianos que a base de la oración y ferre a voluntad nos han provocado un modelo con su condición de gays y que se ha destacado como un buen cristiano y renovador por su conducta ejemplar y su dedicación a la oración.
Con motivo de la situación que vive el mundo de hoy que ha costado más de 200 mil muertes, recuerdo que el Papa Francisco realizóun acto penitencial que fue seguido por gran parte del mundo quien extraordinariamente produjo ¨la bendición, urbe et urbi¨ que traducido al español significar ¨Para Roma y para el mundo¨, cuya bendición solo la imparte los días normal y el de Resurrección.
Esta bendición la impartió con el Cristo milagroso de la calidad en latín que en 1822 se sacó en posesión por las calles de Roma en motivo de la gran peste que afecto esta ciudad y que al día siguiente comenzó a desaparecer.
En 1929 apareció la gran crisis económica en la que murieron muchas personas y que expuesto fue exitosamente por el gran presidente norteamericano Franklin Delano Roosevelt. En los años de 1940 apareció la gran crisis humana y económica, fruto de la II Guerra mundial que afecto a muchos países Europeos, destruyendo sus principales edificaciones. Recuerdo que en 1987 visite la ciudad de Colonia, particularmente en la República Federal de Alemania donde visite su famosa Catedral la cual permaneció intacta no obstante la gran cantidad de bombas que recibió; En esta misma Catedral visite la tumba donde fueron enterrados los 3 Reyes Magos que llevaron regalos de oro, incienso y mirra donde nació el maestro señor Jesucristo, salvador del mundo.
En 1946 el país sufrió un fuerte terremoto que en Nagua se convirtió en un maremoto e hizo desaparecer la ciudad de matanzas muriendo muchas personas porque Nagua está a más de 40 metros bajo el nivel del mar.
En 1978 nos afectó seriamente el ciclón David y la tormenta Federico muriendo muchas personas principalmente en el Bajo Yuna por las fuertes inundaciones en las ciudades de Pimentel, Castillo, Hostos, Villa Rivas y Arenoso.
La cuarentena, decretada por el Poder Ejecutivo, la hemos aguantado con gran paciencia, siguiendo la valiosa promoción “Quédate en Casa” que, al decir de muchos, es el mejor remedio para enfrentar esta gran pandemia que ha puesto de rodilla el mundo de hoy.