En su libro El Rebaño el joven economista (con más de un millón de seguidores) Jano García, hace un listado de muchas de las predicciones apocalípticas con las que los ecologistas (o autonombrados salvadores del planeta y de la humanidad) han alarmado al mundo:
“Todos desaparecerán en una nube de vapor azul para 1989”, New York Times, 1969.
“Edad de hielo para el año 2000”, The Boston Globe, 1970.
“Los ciudadanos de las grandes urbes requerirán máscaras de gas para 1985”, revista Life, 1970.
“Nos quedan unos pocos años para perecer”, Director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, 1972.
“Catástrofe medioambiental irreversible, como un holocausto nuclear, en el año 2000”, The New York Times, 1982.
“Las Maldivas se hunden en el Índico”, El País, 1988.
“El bajo Manhattan se encontrará bajo el agua para 2018”, revista Salón, 1988.
“Los niños no sabrán lo que es la nieve”, titular de The Independent, 2000.
“El Ártico se quedará sin hielo para 2018”, afirmó un científico de la NASA.
Y así se pudiese seguir mencionando muchas otras amenazas no cumplidas, que como vemos fueron pasando de que nos íbamos a congelar… a que nos íbamos a derretir del calor. A las más recientes les están metiendo el ingrediente de lo que comemos, como el gran pecado contra el medio ambiente.
No se cumplen, pero bien que han servido para que un grupo viviera del cuento, cobrando para “sembrar conciencia”.
Y es que no existe realmente un escenario para un apocalipsis climático, sino un gran negocio climático.
Lamentablemente, la mayoría de nuestros jóvenes (o llamados por su dinamismo a desmantelar toda esta farsa) no lo entiende así, aunque le des este tipo de información.
Porque las instituciones educativas a las que con tanto sacrificio los mandaron sus padres, se encargaron de adoctrinarlos para que creyeran con fe ciega que el mundo se estaba acabando y había que salvarlo.
A manera de una nueva religión, que abraza sin cuestionar lo que se le vende como correcto y heroico, y desprecia y hasta odia la contundente evidencia de los hechos.