En todo el mundo se viene planteando la crisis económica y social generada por la pandemia de COVID 19 y la invasión rusa a Ucrania como una coyuntura especial para retomar la unidad y concertación de grandes líneas que fomenten el desarrollo y modernización de los países para promover el bienestar social de los pueblos.
Siendo aún candidato presidencial el hoy presidente Luis Abinader propuso al liderazgo nacional una gran unidad de propósitos que nos permitiera superar las negativas secuelas que podía preverse dejaría en todo el mundo la pandemia sanitaria.
A lo largo de la crisis pandémica el presidente de la República formuló diferentes propuestas de pactos para “abrir gradualmente el país”, que estuvo parcialmente cerrado, y detenido, por las medidas de restricción a que obligó el control de la epidemia.
Al tiempo que agotaba una gruesa agenda promoviendo la reactivación del país en todos los órdenes, el Presidente concretó un conjunto de propuestas de 12 reformas económicas, sociales y políticas ante el Consejo Económico y Social bajo la coordinación del íntegro y equilibrado profesional Rafael Toribio.
Los partidos De la Liberación Dominicana (PLD) y Fuerza del Pueblo (FP), a los que siguió el Revolucionario Dominicano (PRD), decidieron retirarse de esa concertación porque de manera específica se oponen a la propuesta de consolidación del Ministerio Público y la independencia judicial que propone el presidente Abinader, ya iniciada con la designación de las procuradoras general, Miriam Germán, y adjunta Yeni Berenice Reynoso.
Existe un copioso inventario demostrativo de que ese fortalecimiento del ministerio Público, y en consecuencia del sistema judicial, son indispensables para el desarrollo nacional.
Empezando por el combate efectivo al crimen organizado, la delincuencia común y el narcotráfico, la lucha contra la corrupción y la impunidad, y el establecimiento del estado de derecho.
Pero además de la parte de esa agenda inscrita en el plano meramente institucional, están en la concertación propuesta por el presidente Abinader otras reformas dirigidas a cancelar la vieja deuda social acumulada, por responsabilidad fundamental de la clase política.
La unidad nacional es necesaria y útil frente a los embates generados por la inflación internacional, que está motivando a todos los pueblos del mundo a unir propósitos y acciones para hacerle frente.
De modo que hoy es más perentorio que nunca que las distintas fuerzas políticas y sociales del país mantengamos en alto la bandera de la unidad nacional. Parece fácil de entender ¿Verdad”?