Lo de Venezuela es mucho más que una crisis electoral. Con consecuencias en toda la América, donde hay ciudadanos de ese país asilados económicos y afectados del corazón y del alma, viendo de lejos como se oscurece el cielo sobre su país a partir del domingo 28 de julio. El “sistema” político que ha regido esa nación por los últimos 25 años, ha sido un absoluto fracaso en todos los sentidos, basado en una riqueza petrolera de la que ellos mismos se han empeñado en destruir su capacidad productiva y dilapidar los enormes recursos que una vez manejaron. Venezuela carga sobre sus hombros a Cuba, que le aporta estructura política y de seguridad, con su sistema de simbiosis partido-estado y métodos represivos y de control social. El sistema cubano lucha en la Venezuela de hoy, por su propia existencia y es, de manera nada transparente, parte importante de esa gran crisis. Los sistemas dictatoriales, en sus rejuegos con la democracia, se empeñan en hacer creíbles sus malabares electorales, pero en este caso la oposición lo hizo caer en sus propias trampas, tras “darle una pela de calzón quitao” a Maduro candidato y conservar copia y fotos de las actas de cada recinto electoral, como estrategia, hasta completar más de un 80% de esos documentos, reflejando una victoria de Edmundo González con más del 66% de los votos. La precisión y fortaleza del propio sistema electoral venezolano da certeza de la avergonzante derrota del candidato oficial. Maduro se creyó blindado y por encima de cualquier sistema de consulta y sus secuaces fueron incapaces de elaborar una mentira que no diera espacio a dudas. Con el pueblo venezolano tenemos deudas históricas y con los que han escogido nuestra patria para vivir, una manera de honrar esas deudas de gratitud. El estatus migratorio de esos venezolanos choca con el rígido sistema criollo y una costosa lentitud burocrática, para todo extranjero que quiera regularizarse como residente legal. Sé de unos colombianos a los que se la han “puesto en china” durante un proceso de tres años, difícil, costoso, cambiante y abusivo, tras un error de la empresa que contrató al esposo como técnico en plásticos, dejando la familia fuera, sin fecha cierta de solución y sin interés de hacerlo. Seamos condescendientes con esos venezolanos “prisioneros” libres en nuestra patria, a los que el sistema “socialista” privó del derecho al voto e “inventemos” una condición migratoria que haga fácil su estadía en el país, que, aunque han tenido tratamientos privilegiados antes, se puede hacer más. Estados Unidos, muchos países de América y Europa acorralan a Maduro, Lula, Petro y López Obrador buscan un “bajadero” para el dictador venezolano y una absurda “negociación” ¿? y sacar de juego a María Corina, artífice de la estrategia vencedora y garantizadora de los resultados reales. Irán, Rusia y China tienen mucho que perder con el fracaso de Maduro.