En mayo del año 2015, el edificio de mampostería colonial que sirve de alojamiento al hotel Francés, el cual está ubicado en la calle Mercedes, de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, colapsó durante una noche debido a una excavación realizada ese mismo día para soterrar cables de servicios eléctricos y telefónicos que irían a lo largo de la vía, sin percatarse de que el muro colonial estaba cimentado directamente, sin zapata estructural, sobre un relleno de arcilla que servía de nivelación previa a la construcción, y sin percatarse de que bajo el muro pasaba una tubería que permitía el drenaje de aguas residuales del hotel, por lo que en la noche el agua residual entró en contacto con la arcilla y la ablandó, y como la excavación vial había llegado hasta el mismo pie del muro norte del hotel, y había cortado el bulbo de presión que se genera a lo interno del suelo debido a la carga que soporta a lo largo del eje longitudinal del muro, la recién expuesta cara libre de la excavación falló y el muro colapsó brutalmente.
Los posteriores estudios geofísicos que realizamos allí mediante resistividad eléctrica, refracción sísmica para ondas de compresión y ensayos multicanales para ondas sísmicas de superficie (MASW), más los sondeos mecánicos profundos, evidenciaron que el relleno de arcillas tenía mayor espesor de lo que en principio se podía pensar, y la arcilla superficial era tan blanda que fue necesario recomendar una zapata corrida cimentada a 3 metros de profundidad, y reducir el esfuerzo admisible al mínimo posible para controlar el asentamiento elástico que la estructura provocaría en el suelo.
Ahora, tras las lluvias torrenciales caídas sobre el Gran Santo Domingo durante el paso del campo nuboso remanente de lo que había sido el huracán Beryl, se agravó una socavación en arcillas que desde hacía varios años venía produciéndose por fugas de la tubería del agua sanitaria bajo el piso del lado oriental del hospital Padre Billini, justo del lado vecino al patio que conecta con la iglesia del Carmen, patio donde también hay un drenaje que conduce las aguas de lluvias hacia el hueco de socavación bajo el piso, y en vista de que el área afectada ya tiene cerca de 80 metros cuadrados, y compromete la estabilidad y la seguridad de un muro de gravedad que soporta una parte importante de la estructura, fue necesario que las autoridades recomendaran desalojar la estructura hospitalaria para colocar pilares de soporte bajo el muro que se ha quedado sin base, para luego remover el piso, posteriormente sacar la arcilla remanente debajo del piso hasta llegar a la roca caliza coralina de base, luego colocar bloques de rocas hasta llenar todo el hueco, posteriormente aglutinar los bloques con hormigón, y finalmente reponer el piso, lo que devolvería la estabilidad y la seguridad a esta importantísima estructura hospitalaria, y devolvería la tranquilidad a médicos y pacientes del histórico hospital.
Simultáneamente con el agravamiento de la socavación bajo el hospital Padre Billini, se presentó un gran hundimiento por socavación en la calle Arzobispo Meriño, casi esquina Paseo Presidente Billini (extensión oriental del malecón), hundimiento que requirió la inmediata intervención del personal de la Alcaldía del Distrito Nacional y del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, y al evaluar preliminarmente el hueco quedó claro que las recientes lluvias torrenciales caídas sobre el Gran Santo Domingo habían lavado las arcillas colocadas como materiales de relleno alrededor de un registro de acceso a una alcantarilla de drenaje pluvial de la Ciudad Colonial, por lo que en este caso también se requiere una intervención geotécnica similar a la requerida en el hospital Padre Billini, procediendo a excavar todo el perímetro hasta limpiar todos los materiales arcillosos, para luego rellenar con bloques de roca, y completar con hormigón antes de reponer la carpeta asfáltica.
De ahí que estos 3 importantes casos de mal comportamiento y lavado de las arcillas colocadas como materiales de rellenos de nivelación bajo los cimientos de edificaciones y calles de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, confirman lo que durante décadas hemos planteado en el sentido de que donde hay presencia de agua está contraindicado utilizar materiales arcillosos como materiales de rellenos o de nivelación bajo cimientos de una edificación, o de una vía de comunicación, pues en presencia de agua corriente las arcillas entran en suspensión coloidal y reducen su tamaño hasta un nivel microscópico que permite escaparse como parte de la masa de agua que se torna de color marrón por llevar micropartículas de arcillas en suspensión, dejando bajo las obras de ingeniería importantes huecos que inmediatamente generan asentamientos de las estructuras o de las vías, pudiendo llevar a esas obras hasta el colapso, lo que podría provocar pérdidas de vidas.