Prácticamente en todo el territorio de las Américas se ha reportado el hallazgo de fósiles arqueológicos o de especímenes humanos de estaturas corporales muy superiores a las del europeo. Entre quienes cuentan encuentros se seres de tales dimensiones está el navegante italiano en cuyo honor nuestro continente lleva el nombre de América.
Relata Amérigo Vespucci que “llegamos a una isla de quince leguas de tierra firme. A nuestra llegada no vimos ningún grupo de personas, doce de nosotros pisamos tierra, encontramos un camino de tierra adentro, caminamos cerca de 2 leguas y llegamos a una aldea de unas 12 casas, en las que se encontraban 7 mujeres que eran tan altas que no había entre ellas ninguna que estuviera cerca de mi estatura.” Las mujeres eran tan grandes que estábamos a punto de llevarnos a dos de las jóvenes como regalo a nuestro rey, pero mientras debatíamos esto treinta y seis hombres entraron en la cabaña donde estábamos. Eran de tan gran estatura de tal manera que cada uno era más alto que nosotros aun cuando se pusieran de rodillas y yo de pie. Cuando entraron, algunos de nosotros nos asustamos tanto que no nos consideramos a salvo, porque ellos estaban armados con arcos y flechas de gran tamaño, además de que en una lucha cuerpo a cuerpo nos destrozarían. https://codigooculto.com/2017/07/los-gigantes-de-america-del-sur-y-su-encuentro-con-los-primeros-colonos/”.
La ocurrencia de hallazgos de apariencia inexplicable tiene una tan larga historia como la época pos colombina, pues ha perdurado desde cuando relata Colón de su encuentro con la cultura nativa americana, su entendimiento de haber percibido como mensaje que él pertenecía a raza de retorno esperado, que también percibieron Hernán Cortés y otros protagonistas y personajes del exterminio de la cultura americana, porque, desde el inicio del genocidio sus actividades de conquista, administración, defensa y de gobierno, solo se interesaron por engordar sus valijas.
No es vana la idea de conseguir para los herederos de las naciones originales indigenistas una retribución relacionada con las extravagantes pérdidas que en las Américas tuvieron las naciones originarias, mediante la actualización de los estamentos jurídicos de compensación civil mediante la posible acusación con los estamentos jurídicos del presente, por el exterminio de personas, clanes, tribus, bohíos, naciones, así como por el saqueo de todas las riquezas de naciones talvez de mayor tradición ética y de respeto que la España de la época no supo entender, porque parece haberse considerado por mucho nada menos que alguna variedad de cultura de superhombres. Nada más prefiero argumentar, ni tampoco verme como cómplice de fantasías de soñadores de dinero fácil con la colocación de mensajes o anuncios en el Internet, porque a través de éste solo me comunico con mi familia directa, con perseverantes amigos de siempre, y con algunos descendientes del tronco familiar que en algún momento añoro o me añoran.
Pero tengo absoluta fidelidad para con el Ser Humano, entelequia teórica con la capacidad de repartir entre toda la distribución social toda la riqueza y conformar interesantes espacios hasta fanatismos.