Muchos artistas fueron unos incomprendidos en los inicios de su carrera y la novedad de su obra se tomó como una osadía o, talvez, un atrevimiento que en su oportunidad pocos entendieron. La creatividad pagó para algunos un alto precio de ser tachados de dementes y no fue sino hasta el final, cuando se les reconoció la trascendencia que nunca tuvieron en vida.
El arte es tan subjetivo que lo que en su origen pudieron haber sido unos trazos ininteligibles o expresiones carentes de valor, se transformaron luego en un resultado prodigioso, apreciado siglos después por unos expertos que así lo consideraron. A veces, bastó un coleccionista rebelde que divulgó la creación al público o quizá algún mecenas que la impulsó económicamente para hacerla traspasar el tiempo y el espacio.
El gusto es tan particular como variado y la permanencia de un gestor que luego alcanza fama mundial dependerá de la coincidencia en la preferencia de un grupo determinado con un criterio que sea lo suficientemente respetado para darle crédito y juzgarlo valioso porque la belleza, además de relativa, no siempre es tan evidente, aun para los conocedores.
Van Gogh estuvo recluido en el manicomio desde donde creó lo mejor de su pictografía y dada su condición, un color amarillo que todavía causa furor entre los especialistas del tema. Frida Kahlo fue una mujer excéntrica que vivió tras la sombra de su famoso marido, sin embargo, sus coloridas pinturas han superado las épocas con su estilo peculiar que reflejaba sus propios padecimientos. Cuentan que Albert Einstein fue un niño aislado que no hablaba hasta los 3 años por lo que llegaron a pensar que tenía algún problema mental para luego convertirse en el científico más destacado del siglo XX. Fue tanta la desconfianza en las aventuras de Cristóbal Colón que solo se atrevieron a acompañarlo convictos, rumbo a un destino desconocido que luego resultó ser uno de los descubrimientos más trascendentales de la historia. Juan Pablo Duarte, señalado como idealista, fue el fundador de nuestra patria con pensamientos que aún continúan vigentes.
La locura de ayer es la genialidad de hoy, como también lo serán los desadaptados de ahora. A veces, ser diferente pasa factura, lástima que la retribución no la reciba quien la merece porque nunca fue apreciado en su justo momento y es a otros a quienes toca la gloria. Ironías de la vida.