El talento sin probidad es un azote
Simón Bolívar
Leonel Fernández anduvo de romería electorera por Estados Unidos y en declaraciones dadas por allá demostró estar al margen de los cambios que se han producido en la horizontalidad y velocidad con que se desplaza la información en estos tiempos.
Ignora que el impacto de las redes sociales y el periodismo ciudadano tienen todo el tiempo y a todo el mundo enterado de todo, por lo que todos somos testigos de la incoherencia y las faltas a la verdad en que puedan caer las figuras públicas.
Fernández “reveló” que para las elecciones de 2012 respaldó a Danilo Medina, pues no vio nada maligno en él, inesperado piropo ponderando los rencores aún vivos del quirinazo, operación de la que ha dicho en privado tener pruebas de quien la orquestó y que al decir de sus íntimos nunca perdonará, pues lo hizo aparecer ante el pueblo como un receptor de favores non sanctos.
Al motivar el apoyo que dijo le dio a Danilo, allá por 2008 ó 2009, argumentó también que lo hizo por respeto a la Constitución.
“Para que la Constitución prevalezca hay que respetarla. Usted no puede cambiar las reglas de juego en su favor. Eso no es correcto”, dice una nota de prensa que dijo.
Pero en 2010 promulgó una nueva Constitución para beneficio personal, ya que antes de cambiarla él no podía presentarse como candidato.
Mientras el expresidente andaba por USA contando de su apoyo a Danilo y respeto a la Constitución, aquí Temístocles Montás reveló que días antes de Leonel aprobar la reforma constitucional para rehabilitarse, él y Felucho Jiménez le habían solicitado que dejara la Carta como estaba, en la que un presidente podía ser elegido por un segundo mandato, pero sin poder volver a presentarse de candidato.
Reveló Temo que cuando él y Felucho le plantearon el asunto el presidente Fernández fue ambiguo, pero que luego lo llamó por teléfono y le dijo que él tenía que cambiar esa parte de la Constitución pues debía dejar abierta la posibilidad de volver a ser presidente, dijo en lo que resultó primicia para El Sol de la Mañana
Leonel, esclavo de sus palabras, parece un mitómano compulsivo llegado al extremo clínico en que no logra diferenciar ilusión y realidad, lo cual nos ayuda a dirimir el testimonio de Temo.
Yo a Temo le creo más, pues es hombre serio y autocrítico, que fue capaz de testimoniar que las campañas de su partido, la de Leonel en 2008 y las de Danilo en 2012 y 2016 se hicieron con cuartos de la mafia Odebrecht.