Pobrecito Chacumbele, ¡él mismito se mató!
Canción cubana
Desde que se opone a la política del presidente Abinader frente a la provocación del Masacre, los números de Leonel Fernández han estado cayendo.
Así me lo reveló un ejecutivo periodístico con acceso a encuestas que ordenan empresarios, según las cuales el candidato de la FUPU marca una intención de voto cayendo de 20%, cuando hace seis semanas rondaba 24 y 26%.
Para detener ese descenso, Leonel adoptó una estrategia de mayor confrontación al gobierno, que lo ha llevado a cometer graves errores.
Incurrió en el exceso de afirmar que el sistema educativo está formando idiotas, con lo que en su afán de criticar todo lo que hace el gobierno no ponderó que con esa afirmación llama estúpidos a los muchachitos de las familias pobres.
Tengo datos de que en la comunidad educativa de la FUPU se escandalizaron con la declaración que insultó a los 2 millones 972 mil estudiantes y a los 123 mil docentes y a su personal de apoyo, y sus respectivas familias.
Otro grande error cometió Leonel cuando en un reciente evento habló de consumo y tráfico de drogas, cuestionando directamente la gestión del presidente de la DNCD, José Manuel Cabrera Ulloa, una de las mejores que se recuerden, merecedora incluso de reconocimientos locales e internacionales.
La DNCD respondió tan errática declaración contra su desempeño: en la actual gestión han sido incautadas más de 103 mil toneladas de drogas y en los 12 años de Leonel, apenas 42 mil.
Algunos defensores de Leonel señalan que la respuesta del presidente de la DNCD es intromisión militar en política, cuando es un incumbente oficial aclarando un infundio a su desempeño.
Intromisión en política eran militares y policías dirigiendo escuadrones de la muerte, como los que asesinaron por sus ideas a Orlando Martínez, Goyito García Castro, y a Narciso González; militares exhibiendo pañoletas de partidos; y persiguiendo a opositores políticos.
Con esa desafortunada declaración Leonel recarga el lastre del affaire Quirino, del que leonelistas acusan al danilismo de convertir aportes de campaña en deudas irredentas.
No debió tocar Leonel esa tecla porque nunca persiguió al narco y lavador Arturo del Tiempo, lo recibió en Palacio y le prestó 13 millones de dólares para hacer negocios, y lo nombró coronel honorífico de la PN.
Aquel que alguna vez se autoproclamó conceptualizador único de la nación, cae ahora en una carencia total de buen juicio político que, como Chacumbele, él mismito se está matando.