Luego de numerosas negociaciones con distintas farmacéuticas multinacionales de diferentes países e incontables intentos fallidos, los esfuerzos del presidente Luis Abinader por encontrar vacunas donde fuera posible en el momento rindieron sus frutos y República Dominicana fue uno de los primeros países de la zona en poner en marcha un Plan Nacional de Vacunación para prevención del COVID-19.
La vacunación en el país inició el 19 de febrero de este 2021 y ya se han colocado casi 11 millones de dosis de vacunas, con más del 53 % de la población objetivo y más del 40 % de la población total vacunada con su esquema de 2 dosis, y recientemente se abrió además (y se recomienda) la opción de una tercera dosis de refuerzo para mejorar la respuesta inmunológica de los inoculados, siendo de nuevo uno de los países pioneros (luego de Israel y Turquía) en algo que ya los demás países están tomando de referencia y haciendo lo mismo para alcanzar más rápida la inmunidad de rebaño en su población.
República Dominicana ocupa el tercer lugar en el ránking de los países latinoamericanos con la mayor tasa de vacunación (detrás de Chile y de Uruguay), ha tenido uno de los más ágiles ritmos de vacunación de todo el continente y ha sido reconocido positivamente por ello por los demás países de la región.
Los dominicanos han tenido un privilegio que sólo un reducido grupo de países ha tenido en este año, y la mayoría de ellos son mucho más desarrollados: Todo el que ha querido vacunarse, ha tenido la oportunidad de hacerlo.
La apuesta del Gobierno ha sido garantizar la vacunación masiva para poder poco a poco levantar las restricciones, y aunque conlleva ciertos riesgos por la posibilidad de rebrotes de nuevas cepas, lo cierto es que le ha salido bastante bien la decisión, pues los datos epidemiológicos actuales son los mejores desde que todo esto comenzó, especialmente la positividad promedio que es el parámetro principal que se toma en cuenta para la apertura y actualmente se encuentra en apenas 5.3 % (cuando llegó a 33 % el año pasado).
Sin dudas, este ha sido el punto más luminoso del primer año de un gobierno que inició de una forma atípica y absolutamente inesperada, pues ninguno de los que se lanzaron en la contienda electoral estaban preparados para la posibilidad de tomar posesión en medio de una pandemia.