Sin dudas, las redes se han convertido en una forma de expresión horizontal tan interesantes como peligrosas. En estas se difunden mensajes falsos, se busca crear pánico, muchas veces con noticias infundadas, pero también han permitido que el control de los medios escritos y radiales escape al interés de quienes lo usan.
Las redes son tan importantes, que el hombre más poderoso del mundo ganó unas elecciones en contra de los medios de comunicación más fuertes de los Estados Unidos y no temió confrontarlos durante la campaña electoral y ahora mucho menos que es el presidente del país más poderoso e influyente del mundo.
Esta semana tenía otro tema, que será para otro artículo, pero como muchas cosas que recibo por WhatsApp, recibí algo que un joven que no vive en el país y a quien no conozco escribió y al que le pedí autorización para usar parte de lo que con tanto sentido escribió.
Han sido semanas de tragedias, las Antillas Menores, especialmente Martinica, Barbuda y Dominica, donde el ojo de Irma era mayor que el tamaño de las islas, los daños son de tal magnitud que sus ciudadanos han tenido que ser trasladados a otras islas. Infraestructuras turísticas, agricultura, viviendas borradas del mapa.
Cuba, con la pobreza que le ha generado su sistema, ha sufrido en lo que es su mayor ingreso, el turismo. Lo de Puerto Rico es inenarrable. Una foto de satélite en la noche no se ve la isla, está a oscuras y sin servicios de ningún tipo. La Florida no escapó de los efectos de Irma y Texas fue severamente afectada por Harvey en su infraestructura petrolera y de materias primas, ocasionando escasez y alzas de precios.
Nosotros también sufrimos la furia de la naturaleza, gracias a Dios no con la virulencia de los demás países, pero no sin afectar aún más a los que siempre sufren: los pobres.
Sin embargo, aunque muchos de nuestros ciudadanos se solidarizan y participan en las soluciones de las áreas afectadas, es inconcebible que se convierta viral la imprudencia de un tal Chiqui e incluso se pida una colecta para reparar su vehículo que como chiste manejó en las inundadas calles de Santiago.
Mientras unos trataban de salvar los pocos enseres que tienen, este inconsciente se paseaba alardeando de su vehículo.
Mientras México llora sus muertos y demuestran su capacidad de ayudarse unos a otros, aquí hacemos viral payasadas. Mientras Puerto Rico, algunas de las islas de las Antillas Menores, Florida y Texas, tienen que luchar para salir de la oscuridad, de la falta de alimentos y medicinas, de la ausencia de todos los servicios, hacemos viral una imprudencia.
Mientras San Francisco de Macorís, San Pedro, Samaná, Nagua, Moca, extensas áreas de Santo Domingo, San Cristóbal, Haina, sus habitantes les llegaba el agua hasta las rodillas, las pérdidas en la agricultura han sido millonarias. Sólo por mencionar un rubro, en Mao las fincas de banano anegadas de agua. Sin embargo, hacemos viral no el sufrimiento de nuestra gente sino la falta de criterio del tal Chiqui.
Decía el joven con el cual conversé y esta parte la copio textualmente “para mí este tipo representa la combinación atroz de falta de conciencia, la obsesión colectiva de lograr cinco minutos de fama y el acceso a la tecnología. Su vehículo bautizado como Petán (uno de los nombres más detestables de nuestro país) está siendo objeto de una colecta para ser reparado”.
Agrego yo, que luego de ser reparado será de los que en las calles de este país del caos del tránsito, violará todas las leyes para de nuevo ser protagonista de otro video viral donde se expone la falta de educación y respeto a que hemos llegado los dominicanos.
Todo se ha convertido en chercha y en broma. Se burla la autoridad y la autoridad no se hace respetar. Si la violación la hace un político o un “prominente” no pasa nada. Mucho menos si es una de las bocinas radiales o televisivas a las que todo el mundo teme y de la que todos aprenden de sus vulgaridades y degradación, sin aportar en nada a lo que debe ser una sociedad ordenada.
Apoyemos a los que, diferente al imprudente del Chiqui, hoy andan socorriendo a los que siempre necesitan ayuda, volquémonos en solidaridad de los nuestros y de nuestros vecinos. Nuestros hermanos puertorriqueños con los que nos une una estrecha relación familiar y de gratitud por los miles de empleos que dominicanos han conseguido en la Isla del Encanto, que pronto esperamos recobre su esplendor de siempre.
Pero no dejemos de pensar en el cambio climático que genera estas tragedias, el calentamiento, no es un cuento de ambientalistas, es una realidad.
La contaminación no es sólo responsabilidad de la industria, es también la de una población que no tiene miramientos para tirar basura donde quiera, es la incompetencia de años de alcaldes y la avaricia de quienes manejan basureros, sin tener en cuenta de hacerlo de forma que no contamine.
No seamos Chiqui, seamos como el joven responsable que se atrevió escribir en contra de hacer viral a los antihéroes. Hagamos viral al que da de lo poco o mucho que tiene a favor de otros. De los que en medio de la tormenta arriesgan la vida para salvar otras. Esos son los verdaderos ejemplos de cómo construir un mundo más solidario.
Los payasos debemos limitarlos a los circos, y trabajar todos para eliminar que cada vez que un fenómeno natural nos afecte, nuestros pobres tengan que ser la parte afectada y perder lo poco que con tanto esfuerzo han logrado tener. Que Dios les de la fuerza a todos los que por huracanes o terremotos han perdido seres queridos, por ellos elevemos una oración.