A las ilusiones que se cree el presidente Abinader solo las supera su sinuoso manejo de los temas públicos, así como su compulsiva costumbre de acomodar la verdad. Esta administración se ha caracterizado por adoptar la mitomanía como estrategia para gobernar. Ni siquiera son capaces de leer bien sus propios datos
Este pasado 11 de diciembre el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) publicó las cifras de empleo del tercer trimestre de 2023. Como el inquilino del palacio no pierde la oportunidad para “figurear”, en su alocución llamada “La Semanal”, en donde hace un compendio de “las fantasías de la semana”, presumió con el tema de la recuperación del empleo. No obstante, como las quimeras tienen patas cortas, una vez más quedó atrapado en su propio laberinto.
Conforme a los datos oficiales, entre el cierre del cuarto trimestre de 2019 y el tercer cuarto de 2023, solo se han generado 139,442 nuevos empleos. En 45 meses de este gobierno 100% proempresarial, solo se ha creado un promedio de 3,099 puestos de trabajo por trimestre, o sea, una escuálida cifra de 1,032 oportunidades laborales al mes.
Queda demostrado, una vez más, que, además de no tener capacidad para atender las emergencias de las lluvias, de erosionar el patrimonio de las familias, de no contener el aumento de la canasta familiar del BCRD, tampoco han sido capaces de impulsar la recuperación del empleo.
Para lograr el millón de empleos que prometieron, solo les falta generar 860,558 nuevos puestos de trabajo. Como no saben cómo se promueve el empleo, no van a cumplir. Quedará en evidencia el incumplimiento de otra más de sus falsas promesas.
Cuando se examina la tasa de ocupación (TO) se advierte que el “gobierno del cambio” no ha sido capaz de recuperar el nivel de ocupación reportado antes de la irrupción de la pandemia. Al cierre del 4º trimestre de 2019 la TO se ubicaba en 61.5%, en tanto que en el 3er trimestre de 2023 se estimó en 60.7%. Es decir, 0.8 puntos porcentuales por debajo del valor previo a la pandemia.
En 7 de las 12 ramas de actividad se confirma que, después de 45 meses el empleo continúa rezagado en el sector agrícola, en las industrias, en el sector de generación de electricidad, aguas, transporte, comunicaciones, intermediación financiera, administración pública y salud y asistencia social.
Para un gobierno 100% de “popis”, o de “tutumpotes”, para usar la expresión del siempre recordado maestro, Juan Bosch, que no conoce ni le duele los problemas del país, le importa un ápice la situación de pobreza en la que viven cientos de miles de dominicanos y poco le interesa escuchar y resolver la demanda por dignidad que exigen las familias que menos tienen. Para estas últimas no hay preocupación alguna.
La indolencia del gobierno del cambio es antológica ante la suerte que corren los pobres del país, para aquellos que por su condición económica deben representar la máxima prioridad de un gobierno medianamente responsable.
Este gobierno utiliza los “chelitos del pueblo” y las instituciones para beneficiarse y beneficiar a sus amigos. No piensa en las mayorías. No lleva a cabo acciones colectivas que beneficien a todos. Lo poco que ha hecho ha sido con cálculos de rentabilidad política. Enfrenta la confusión de asumir la conducción de un país como si fuera una empresa, que se refleja de manera nítida en la apresurada renovación del contrato de Aerodom pactando un anticipo de 775 millones de dólares para comprar la reelección.
Han transcurrido 40 meses de gobierno y no se han dado cuenta de que durante 38 meses consecutivos se ha encarecido el costo de vida de las familias más pobres. Las cifras del BCRD acreditan que a partir del mes de agosto de 2020 el costo de la canasta familiar no ha parado de crecer, sobre todo para los hogares del quintil de más bajos ingresos.
En el periodo octubre de 2020 al mismo mes de 2023, el costo de la canasta básica familiar del BCRD se incrementó 23.4%, al pasar de RD$21,513.00 a RD$26,543.00.
¿Qué ha hecho el gobierno? Nada. Festejar que el nivel del IPC converge a su rango meta sin informar que la baja no necesariamente significa que los precios estén cayendo. Han dejado de crecer, pero se quedaron por las nubes.
Gobernar significa compromiso con las mayorías. Se gobierna para todos. No solo para los amigos. No podemos permitir que la indolencia que ha instalado este gobierno se institucionalice y se vuelva costumbre. Es necesario revertir la situación calamitosa por la que están atravesando los sectores pobres, y para lograrlo es necesario que el pueblo tome conciencia de que el próximo año 2024 tiene la oportunidad de hacer retornar la esperanza en nuestro país. En mayo del 2024 el pueblo debe hablar, y hablará.