Tomándole prestado el título a la obra del héroe, Gómez Ochoa. A 65 años de distancia, con un mundo invertido, un país totalmente diferente, otro pueblo con esquemas de vida muy lejanos a aquellos espacios pueblerinos y bucólicos, una sociedad evolucionada y unas prioridades geopolíticas en sentido contrario, un pueblo con mediano sentido democrático, el celebrar la gesta del 14 de junio tiene un sentido y sabor diferentes. Con dimensión de epopeya, analizamos la gesta de los valientes que, inmolándose, dieron un certero golpe a la tiranía de Rafael Trujillo, que marcó el principio del fin de su cruenta dictadura de 31 años. Domingo, con la luna en cuarto creciente, el signo zodiacal de Géminis en pleno apogeo, el año del cerdo para los chinos, al final de la tarde un avión C-46 Curtiss, versión militar de famoso DC-3, con 56 expedicionarios a bordo, compuesto de dominicanos acompañados de cubanos, puertorriqueños, españoles, americanos, nicaragüense, venezolanos, que tomaron la decisión de enfrentar de manera brutal entre una milicia escasamente entrenada y el ejército mejor dotado del Caribe. A pesar de los reportes oficiales triunfalistas, se puso al desnudo las debilidades militares y las propias carencias adonde se vieron en necesidad de bombardear salvajemente lomas completas. Los reportes oficiales fueron evidentemente manipulados. El mayor triunfo de esa excursión fue político, marcando el deterioro del régimen y más que nada su descrédito internacional, a pesar de que se trataba de una incursión auspiciada por un gobierno extranjero. Si bien es cierto que el movimiento estaba penetrado por Trujillo y traicionado por personeros del gobierno de Fidel Castro, lograron sorprender al régimen del déspota Dominicano, que esperaba que aterrizarían en San Juan. Delio Gómez Ochoa, fue el comandante cubano conjuntamente con el dominicano Enrique Jiménez Moya. Uno de los pilotos, el dominicano Enrique Jiménez Moya, decidió unirse al grupo al momento de desembarca y fue atrapado, torturado y falsamente acusado cómo doble agente. Al desembarcar, en el extremo este de la pista del pequeño aeródromo militar de Constanza, la tabla que trajeron para bajar a tierra, se desplazó y hubo que abandonar equipo necesario dentro del avión, que debía iniciar el regreso a Cuba y algunos de los expedicionarios se lesionaron por la altura de la puerta y el peso que traían encima. Se dividieron en dos grupos al tiempo de iniciar un tiroteo con los militares, quienes custodiaban el aeropuerto que confundidos con las siglas del avión, lo creyeron en principio, de la Aviación Militar Dominicana. La mayoría de los expedicionarios fueron hechos prisioneros y asesinados vilmente en las cárceles de Trujillo o fusilados en la base de San Isidro o arrojados desde aviones a su pista.

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