El miércoles 14, se cumplieron 64 años de la gesta heroica de junio de 1959, Constanza, domingo, la luna en cuarto creciente y el signo zodiacal de Géminis en su avanzada segunda mitad. 54 combatientes dominicanos, puertorriqueños, cubanos, venezolanos, un norteamericano y un español entrenados en Mil Cumbres, Cuba. Los comandantes de la expedición, Enrique Jiménez Moya, había alcanzado el rango de capitán del Ejército Rebelde y el cubano Delio Gómez Ochoa, aún vivo y activo, hoy general inactivo. El avión, un C-46, versión militar del DC-3, con las siglas de la Aviación Militar Dominicana y la bandera invertida, aterrizó en el pequeño aeropuerto militar de Constanza, a las 6:20 de la tarde con dos cubanos como piloto y copiloto y el dominicano Juan de Dios Ventura Simó como ingeniero de vuelo y quien estaba supuesto a regresar. Decidió quedarse y fue atrapado días después, torturado, presentado como espía introducido en el movimiento rebelde y asesinado. Sus restos supuestamente lanzados al Mar Caribe. Los militares desplegados en el aeropuerto de Constanza, cumpliendo su función como soldados, ante el aterrizaje sin anuncio, se acercaron a la nave, iniciándose un intercambio de disparos que aunque no produjo bajas en los expedicionarios, sí entre los sorprendidos “guardias” y creó una confusión en la que se cayó la tabla preparada para el desembarco y se perdieron mochilas y equipo imprescindible para la misión. El sitio escogido era San Juan de la Maguana y como lugar alterno, Constanza, que por razones de clima fue elegido por la tripulación. La sorpresa era importante para posibilitar el regreso del avión a Cuba. Se dividieron en dos grupos: Jiménez Moya con 32 hombres se dirigió a la loma de Los Mañangüises, lugar desde donde coincidencialmente escribo estas notas, 64 años después. Otros 22 siguieron con Gómez Ochoa perdiendo contacto con el otro grupo. Las fuerzas gubernamentales, con brutal superioridad, aplastaron en pocos días la expedición, bombardeando inclusive lomas adonde se habían avistado guerrilleros. La zona, en esa época contaba con pocos sembradíos que permitieran la alimentación de estos héroes inmolados en la gesta que conmemoramos. Sobrevivieron Poncio Pou Saleta, Mayobanex Vargas, Francisco Medardo German y los cubanos Pablito Mirabal de apenas 15 años y Delio Gómez Ochoa. De su libro sobre la gesta del 14 de junio, tomo prestado el título de este artículo. Se puede decir que esas expediciones constituyeron el génesis del final del bestial régimen de Trujillo. Fue una victoria impulsada por el sacrificio personal de los valientes de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Jóvenes de diferentes estratos sociales constituyeron el núcleo de los sacrificados en las expediciones de junio del 1959. En la expedición por mar,, llegados en las lanchas Tinina y Carmen Elsa, días después del aterrizaje de Constanza, perecieron 96 guerrilleros en Maimón y 48 en Estero Hondo.