La tragedia ocurrida en la popular discoteca Jet Set, que ha dejado un saldo de personas fallecidas de más de 220 personas, ha dejado en evidencia las graves fallas en la supervisión y fiscalización de infraestructuras privadas por parte del Estado.

Es evidente que el Estado compromete su responsabilidad patrimonial, tanto por acción como por omisión, en los casos de incumplimiento de su deber de vigilancia y control de los espacios públicos de carácter privado. En ese sentido, aunque las infraestructuras sean propiedad privada, ello no exime al Estado de su deber de supervisión, especialmente cuando dichas instalaciones están abiertas al público.

El caso del colapso estructural de Jet Set, que causó víctimas humanas y ha provocado conmoción social, nacional e internacional, deja evidenciado la responsabilidad estatal frente a fallos en la supervisión técnica y legal de edificaciones privadas. Además, la seguridad de las personas en los centros privados, no puede depender únicamente de la buena voluntad de los dueños de los negocios.

En esas atenciones, el Estado, a través de entidades como los ayuntamientos, ministerios de obras públicas, y Onesvie, tiene el deber legal de autorizar, inspeccionar y supervisar edificaciones que funcionen como espacios públicos. Este deber no desaparece por tratarse de infraestructuras privadas, como lo establece la doctrina de la “responsabilidad por omisión”.

En este contexto, mediante el decreto No. 715-01 se crea la Oficina Nacional de Evaluaciones Sísmicas y Vulnerabilidad de Infraestructuras y Edificaciones (Onesvie), entidad que tiene dentro de sus funciones en el numeral 2.1 “Examinar las estructuras e instalaciones existentes y producir un diagnóstico sobre su capacidad para resistir con éxitos las fuerzas generadas por un terremoto esperado, y mantenerse funcionando inmediatamente después”.

Asimismo, en el numeral 2.1.1. Se establece la obligación de Onesvie de: “Inspeccionar las partes no estructurales y las instalaciones mecánicas, eléctricas y de otra índole y establecer las recomendaciones que garanticen su operatividad post evento”. En esas atenciones, hay que ver si Onesvie, luego del fuego producido en la discoteca Jet Set en el año 2023, cumplió con el mandato que se establece en el referido numeral.

En conclusión, el caso Jet Set es un reflejo de una debilidad estructural tanto física como institucional. No basta con establecer normas, si no se aplican. El Estado debe ser proactivo, técnico y éticamente responsable. Donde termina la vigilancia del Estado, comienza la vulnerabilidad del ciudadano.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas