La propuesta de la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas del Cibao (ACOPROVI) para aumentar el tope del 20 % permitido para la contratación de trabajadores extranjeros fue rechazada por “impertinente” por un ex-Director de Migración, y de manera muy tibia por un líder sindical, pues dejó la puerta abierta a un posible aumento de dicha cuota.
Para analizar esta propuesta objetivamente debemos partir de la realidad social de nuestro país. Esto así, pues muchos comentaristas opinan como si viviéramos en un país de ingresos medio-altos, donde la pobreza ha sido substancialmente vencida, pues solo así, podemos justificar la contratación de la mano de obra extranjera. Sin embargo, argüir que hemos vencido la pobreza dominicana resulta ser una dolorosa injusticia, pues en nuestra sociedad prevalece la pobreza en la mayoría de la población, y un grado de miseria en buena parte de los pobres. Naturalmente, la miseria imperante y su correspondiente falta de educación explica que esas masas empobrecidas no comprendan la realidad que debatimos, y que sean propensas a una y mil manipulaciones.
Así pues, siendo objetivos, no hablemos de un país que no existe, y más bien aceptemos que vivimos en un país donde prevalece la pobreza, con un 35% de su juventud desempleada, y con unos de los porcentajes de NINIs ( jóvenes que ni trabajan, ni estudian) más altos de Latinoamérica. Siendo coherentes con esa realidad, deberíamos dar prioridad a la inserción de nuestros jóvenes al mercado laboral y a las actividades productivas del mercado de la construcción, uno de los mas dinámicos de nuestra economía.
Esta iniciativa debería contemplar dos posibles ejes. Un primer aspecto que consiste en incentivar a los constructores para que otorguen un primer empleo a muchos jóvenes, que de seguro ayudará a evitar que participen de la cultura de los vicios, y delincuencia de nuestros barrios. Este esfuerzo podría ser fortalecido mediante ferias de trabajo en los barrios. Un segundo aspecto, y mas importante, consiste en incentivar la introducción de nuevos métodos y tecnologías constructivas que aumenten la productividad laboral, es decir, la cantidad producida por hora trabajada. El aumento de la productividad resuelve un dilema en el capitalismo, pues permite pagar mejores salarios a los trabajadores, sin perjudicar o quizás aumentando el beneficio de los productores, pues esa mayor producción por hora facilita semejante arreglo. Ese fue el camino que las sociedades capitalistas avanzadas tomaron para crear bienestar a sus trabajadores. Esta iniciativa de alentar el trabajo de nuestra juventud e introducir nuevas técnicas para la construcción, debería ser una iniciativa conjunta del Ministerio de Trabajo y ACOPROVI, donde ganaremos todos: nuestros jóvenes, los constructores y, más importante, la sociedad, pues nada bueno cosecharemos del desempleo de la juventud dominicana.