En la política, la palabra amarre, siempre será importante y tendrá una connotación especial, toda vez que la misma se ponga en práctica a favor y no en contra de.

Al inicio de este año ya se han escuchado algunas voces de actores políticos que han indicado que prefieren no ser parte de las fuerzas políticas mayoritarias, en espera de poder sacar mejor partido, llegado el momento preciso pre elecciones del 2024.
El presidente Luis Abinader ha logrado concitar la atención de un grupo de partidos minoritarios que le apoyaron en el triunfo del 2020, con la intención única de sacar del poder al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien dominó el escenario político por más de una década.

Se les vio celebrar en franca camaradería el pasado mes de diciembre, por lo que todo apunta que esa cohesión se mantiene.
Sin embargo, la oposición, -que en la mayoría de las veces pensamos que está de brazos cruzados-, por el otro lado, sostiene reuniones puntuales y hace amarres en pos de ver cómo en el engranaje político del 2024 no se quedan fuera. Algunos aspiran a quitarle la silla a Luis Abinader (Fuerza del Pueblo) y otros simplemente a mantenerse gravitando en el escenario político como partidos de referencia histórica que son (Partido Revolucionario Dominicano, PRD).

Repitiendo la frase que sembró en la mente de muchos que tuvieron la posibilidad de aprender de política del profesor Juan Bosch, es importante recordar que “en la política es más lo que no se ve, que lo que se ve”.

Por consiguiente, aunque muchos entiendan que la oposición está de “parranda”, no. No es así, las alianzas, pactos o amarres políticos comienzan a surtir efecto desde ya, en pleno 2022.

Y aunque muchos quisieran predecir cuál será la jugada, por lo menos, de las principales fuerzas políticas opositoras, (PLD, Fuerza del Pueblo y PRD), toca esperar un poco más.

El Partido Revolucionario Moderno (PRM), se ha adelantado haciendo jugadas inteligentes, aunque a destiempo, captando figuras cuyo liderazgo político está probado, la alcaldesa Hanoi Sánchez, es uno de esos casos.

Los partidos políticos necesitarán siempre de esas jugadas para seguir adelante, solo hay que mirar la historia reciente, donde un “líder sin partido”, logró su cometido, -candidaturas y posicionamiento- gracias a las bondades de las alianzas.

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