Fuera del ruido generado por algunas figuras políticas, unas afectadas en lo inmediato por la derrota y otras por la victoria, el 18 de febrero pasado luego de conocerse el resultado de las elecciones municipales, en la población, en sentido general, reinó el silencio. Se observó poca celebración de los vencedores, a pesar que el resultado fue superior a las expectativas. Se habló de un 70% y el PRM ganó más del 80% de las demarcaciones.

¿Por qué entonces no se observó una celebración desbordante como es lógico que ocurra?
El sentido común indica que debido a que el PRM logró su triunfo en 2020 en una coyuntura irrepetible, tanto por el descontento social como la pandemia, el triunfo de las municipales y las buenas expectativas que tiene de cara a mayo, la victoria de la organización debió producir una fiesta desbordante, pero no fue así.

Pero el silencio de la población ante el triunfo del PRM no es el único mutismo que llama la atención. También amerita reflexión la indiferencia de la gente ante el duelo opositor que se queja de que supuestamente el partido oficial compró con recursos públicos la victoria apabullante. La población miró para otro lado, o simplemente ni se fijó, en la propuesta opositora.

La única explicación a esa realidad no es la alta abstención, va más allá. La oposición calcula en 78% en rechazo la PRM, entre los que no fueron a votar, 53% más los que votaron en contra.

Pero la situación opositora es peor. Si se calcula el 53% que no fue a las urnas más los que sufragaron a favor del PRM, la apatía hacia los partidos de oposición es mayor que hacia el oficialismo.

No es que se pida que hay que “gritar, gritar y gritar” como dice la canción de Luis Fonsi, pero el propio disco del intérprete dice que “un nudo en la garganta no se suelta si se aguanta” y que “las espinas no se deben tragar…”. Parece que la población tiene un nudo en la garganta que ni gobierno y oposición logran desatar. Mientras se investiga el caso, al gobierno no le conviene desatar el nudo, pero la oposición sí. “Las palabras tienen filo, y a mí nadie me ha prohibido gritar”, dice Fonsi. Quizás la oposición necesita dar un paso al frente y ponerle un nombre al silencio electoral de la población con la vista en el 19-M.

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