Hace siete días el presidente Luis Abinader y su equipo económico presentaron el proyecto de reforma fiscal. Mediáticamente, la narrativa ha estado orientada a justificar el paquete económico que, si se aprobase, arrancaría en enero, pero es muy posible, como siempre, que los efectos empiecen a sentirse desde ya.
Por las alertas que se enviaron desde el pasado viernes y la medida en que han seguido apareciendo las señales, se puede afirmar que el camino empinado de la reforma arranca esta semana. Ya pasó tiempo suficiente que permite leer y releer “las letras chiquitas”, del proyecto depositado en la Cámara de Diputados, donde siempre está la trampa.
La semana concluyó con un llamado del líder de la oposición, Leonel Fernández, al Gobierno a convocar un diálogo con los sectores económicos y sociales para escuchar sus inquietudes ante los nuevos impuestos para evitar el “quiebre de la economía, de las empresas y los despedidos masivos”.
Antes había calificado la medida como un “bombazo fiscal” que afectará más a la clase media y a los pobres. Para hoy Fernández convocó a su encuentro con la prensa “La voz del pueblo”.
El pasado jueves, aunque con poca trascendencia, un grupo de jóvenes protestó en los alrededores del Congreso en rechazo al paquete fiscal. Ayer, el Colectivo de Organizaciones Sociales y Populares de San Francisco de Macorís y la Coordinación Campesina y Popular aprobó un llamado a huelga para los días lunes 28 y martes 29, en reclamo de varias demandas. Entre las causas para el paro figuran el paquete fiscal y los apagones.
El economista Andy Dauhajre hizo la advertencia más fuerte al Gobierno sobre los efectos políticos de la reforma fiscal.
En un video que la oposición ha difundido y se ha vuelto casi viral, el economista advierte que si se aprobara el paquete fiscal propuesto se estaría construyendo el guion perfecto para que la oposición gane las elecciones del 2028.
Sin contar con las variables que se sumen en los días por venir, el camino empinado de la reforma fiscal ya arrancó, lo que no es previsible es cómo ni cuándo termine.