La migración irregular, específicamente la haitiana, se ha convertido en el tema de mayor debate en el país. En el actual contexto, en el abordaje en la opinión pública se le denomina, tema haitiano. Para otros países es probable que Haití sea solo un tema, pero para la República Dominicana es un problema, por tanto, el problema haitiano.
Actualmente, el problema haitiano ha tomado dos abordajes en la República Dominicana, uno en las calles con protestas y desde el Palacio Nacional, el gobierno busca implementar medidas para dar respuesta al problema y al reclamo de los manifestantes. En el plano internacional, Francia ha dicho que revisará la indemnización que le impuso hace 200 años a Haití por su libertad. En tanto, Estados Unidos dijo ante la ONU que no puede seguir sosteniendo la misión de pacificación en el vecino país. De hecho, ha sido un fracaso.
En tanto, en Haití las pandillas siguen avanzando y es evidente que, con el esfuerzo de contenerlas que se ha hecho hasta ahora, no ha sido suficiente para lograrlo y el aporte internacional parece que en lugar de aumentar, va en merma.
En ese contexto, el presidente Luis Abinader el pasado lunes llamó a diálogo. “Hoy reitero mi llamado a los partidos Fuerza del Pueblo y PLD para que se integren al pacto nacional que hemos propuesto para enfrentar la migración ilegal y fortalecer nuestra soberanía. Este es un tema de nación. Sus aportes pueden ser valiosos y su participación contribuiría a una respuesta más unificada y legítima. La República Dominicana nos necesita a todos”, publicó en su cuenta de X.
Una sugerencia de diálogo había hecho antes el expresidente Leonel Fernández, además líder de la oposición. “El aumento de la migración irregular genera tensiones sociales que no podemos pasar por alto. Por ello, sugiero que el Gobierno le otorgue la atención prioritaria que requiere. Siempre he sostenido que escuchar al pueblo es fundamental para gobernar bien. A través del diálogo, alcanzamos entendimientos y soluciones necesarias”.
El problema haitiano tocó fondo y tiene variables distintas a las que históricamente se conocen. La oposición debe ir al diálogo que convocó Abinader. Pero debe cuidar las condiciones en las que participa, porque de eso depende su salvación o que el pueblo la lance a la hoguera junto al gobierno.