El filósofo griego Aristóteles desarrolló la teoría de la virtud. Según el autor, la virtud está en el justo medio entre dos extremos, es lo que se conoce como punto intermedio. El filósofo reconoce que es difícil estipular en dónde está el justo medio porque no se trata de una ciencia exacta como las matemáticas.
Para explicar el justo medio de Aristóteles, se aplica perfectamente la frase mexicana: “Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”. En esencia, esas reflexiones encierran una lección sobre el necesario equilibrio de la vida, en todos los órdenes y la necesaria pero difícil tarea de buscar el punto intermedio.
Pasadas las elecciones, todos los actores políticos exhibieron una prisa por hacer cosas que llamó a sospechas. Pasada esa fiebre inicial, las aguas bajaron de nivel y ahora los actores, que antes corrían más veloces que Marileidy Paulino, se mueven a la velocidad de un suero de miel de abeja.
El Gobierno habla de un consenso que no se sabe en qué consiste pues todavía ni los proyectos que quiere consensuar ha presentado. Además le falta el escenario de esa discusión y un interlocutor o mediador válido. Hay mucha gente que recuerda al inmortal Monseñor Agripino Núñez Collado en estos días.
La oposición brilla por su ausencia. De la prisa inicial, pasó a pausa total. Quizás el viaje de Leonel Fernández, líder opositor, por Londres y España, explique la intrascendencia y ausentismo en la opinión pública que se observa en la parcela opositora.
A su regreso al país, según los dirigentes de la Fuerza del Pueblo, Leonel encontró una campaña en las redes sociales sobre su salud, que tuvo que desmentir, sin referirse directamente al tema desde sus cuentas personales de redes sociales. Los seguidores convirtieron en tema, en redes sociales, un rumor bien manejado por Fernández.
El Gobierno necesita darles fundamento a sus propuestas de reforma y la oposición requiere enfocar su estrategia en el contexto actual.
Ni la prisa inicial ni la lentitud de ahora. “Ni tan cerca que queme al santo, ni tan lejos que no lo alumbre”.