En casi tres años de gobierno, el presidente Luis Abinader ha logrado lo que nunca había alcanzado ningún político en el poder, ni tampoco en la oposición, el apoyo de liberales y conservadores. Aunque parezca increíble, es así, a los grupos que históricamente habían estado enfrentados como los dirigentes de la Fuerza Nacional Progresista (FNP) con figuras de la sociedad civil como el embajador en España, Juan Bolívar Díaz, el presidente Abinader ha logrado nuclearlos alrededor de su figura.
Los grupos liberales históricamente fueron críticos ácidos de presidentes como Joaquín Balaguer y Leonel Fernández.
La capacidad de generar consenso del presidente de la República, es de asombrar. Otra prueba; en su estadía en el Palacio Nacional, también ha logrado mantener unificado al PRM, antes PRD, algo que nunca había logado ningún político del partido blanco. Así pasó cuando les tocó pasar por el gobierno en 1978-1986 y en 2000/2004.
Pero volviendo a los liberales y conservadores, solo hay que observar que el Código Penal está estancado en el Congreso, y las feministas y los liberales que históricamente se han interesado en que se apruebe la pieza con la despenalización del aborto en tres circunstancias, están en silencio y ha dejado de molestarles que el aborto en todas sus manifestaciones sea ilegal en el país.
De hecho, la mayoría de esos voceros están en el Gobierno ocupando distintos cargos, en el país y en el extranjero. Parece increíble la conformidad que muestran los liberales a pesar de la promesa incumplida del PRM de aprobar la despenalización del aborto en tres circunstancias.
Al principio del gobierno hasta un campamento montaron frente al Palacio y enrostraron al gobernante el incumplimiento de su promesa, pero eso ya pasó y ese grupo está de lo más tranquilo y luce desinteresado del tema.
Los conservadores más radicales del país están representados por la FNP y todas las señales conducen a que se sienten muy cómodos con la gestión de Abinader. Aunque nunca dejan de criticar actitudes contrarias a su agenda como el tema haitiano, pero han suavizado el discurso, y se nota.