La JCE anunció un acuerdo con el Centro de Asesoría y Promoción Electoral (Capel) que tiene como esencia investigar las causas de los altos niveles de abstención que se registraron en las elecciones de febrero y mayo de este año. El fenómeno comenzó en 2020.
La abstención electoral que aumentó un 15% en el nivel presidencial en las últimas dos elecciones, fue el mensaje de mayor preocupación que salió de las urnas en ambas votaciones. En 2020, ese comportamiento se atribuyó, con razón, a la pandemia, pero que se repitiera en 2024, es un hecho que no debe ignorarse.
Los datos que arroje la investigación de Capel, unida al resultado de la encuesta sobre cultura política que hizo el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, deben servir de base a la dirigencia de los partidos políticos para entender mejor al electorado, reinventarse y diseñar estrategias que les permitan atraer de nuevo a los votantes.
Según los datos de la encuesta de cultura política, el 32.7% de la población es indiferente a la democracia, en el sentido que le da igual si el sistema es democrático u otro modelo, como una dictadura, por ejemplo. Otro dato relevante es que los votantes más jóvenes, entre 18 y 44 años, muestran mayor desinterés con el modelo democrático.
El 64% se muestra poco satisfecho con la democracia y apenas el 30% muestra satisfacción con ese sistema de gobierno. El factor de la polarización con personas extremadamente insatisfechas y las insatisfechas, también salió a relucir.
Los profesores de la Universidad de Harvard, Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, publicaron en 2018 un análisis comparado sobre el colapso de la democracia en varios países, bajo el título: Cómo mueren las democracias.
Los especialistas aportan algunas de las causas que han matado la democracia en varios países del mundo occidental, como la insatisfacción de la gente porque el modelo no es capaz de garantizar sus demandas. En esencia, el debate debe enfocarse hacia la calidad de la democracia, esa es la cuestión.
Datos para sustentar la estrategia que se debe seguir, no faltan, que tampoco falte la voluntad política.
