El match

Los dos principales líderes políticos del país, el presidente Luis Abinader en el Gobierno y Leonel Fernández, en oposición, protagonizaron un match esta semana que estuvo de lo más interesante, tanto que otros políticos aprovecharon el escenario para entrar en el debate nacional. Como el caso de Pelegrín Castillo que escribió una extensa carta dirigida a ambos líderes con un contenido profundamente crítico.

El ejercicio dejó sus lecciones. Más allá de la forma, en el fondo fue un match sobre las realizaciones de ambos, pero deja la lección del debate con altura que se ha instalado en el país entre los actores políticos. De hecho, el pasado proceso electoral dejó ese gran legado, por la gran cantidad de espacios en que los aspirantes presidenciales expusieron sus propuestas de gobierno, incluido el debate de la Anje.

Desde la perspectiva política, el presidente Abinader cayó en un terreno en el que Leonel tiene holgura, pues uno de los puntos fuertes de sus gobiernos, es precisamente la gran cantidad de obras que construyó, y especialmente, por su legado de impulsar el Metro de Santo Domingo, la obra más importante y de mayor impacto que se ha construido en el país.

Al gobierno del presidente Abinader se le critica con frecuencia por este tema, especialmente por la lentitud en la construcción de infraestructuras y, porque muchas veces, son inauguradas sin terminar o solo con lagunas áreas concluidas totalmente.

En el caso de Leonel, también evidencia el cambio de estrategia en las respuestas a las críticas del gobierno. Fernández, con un estilo mucho más pausado para responder los temas de la agenda nacional que decide abordar, estaba en evidente desventaja frente al presidente Abinader que tiene una presencia permanente en los medios de comunicación, apertura total y con respuestas instantáneas a los temas del gobierno y el país.

Fernández ha cambiado la estrategia si se toma en cuenta que respondió menos de dos horas después al discurso del presidente Abinader, replicó la misma noche la respuesta que recibió de Abinader a su invitación de un almuerzo en Santiago. Antes, había hecho lo propio ante la campaña por su participación como observador en las elecciones de Venezuela.