Antes de concluir el proceso electoral del 19 de mayo, el debate sobre la “necesidad” de una reforma constitucional estaba instalado en la opinión pública. No hubo tiempo para disipar la resaca electoral para que el debate sobre una reforma siga creciendo.

Los temas para justificar la convocatoria son diversos, pero de labios del presidente Luis Abinader han salido dos, la independencia del Ministerio Público y poner “candados a la Constitución” para que ningún otro presidente intente modificarla para continuar en el cargo. Otros piden que se unifiquen las elecciones y ahora se incluye el voto obligatorio.

Lo que queda claro es que se está buscando la forma de justificar la convocatoria a la Asamblea Revisora de la Constitución para modificarla. Los temas que realmente impulsan tanto interés quedarán claros en la medida que avance el tiempo.

Desde la oposición, el senador Félix Bautista, de la Fuerza del Pueblo, propuso que se apruebe la ley de Referendo para que el proyecto de reforma sea sometido al voto popular antes y después de aprobado.

Algunos dirigentes de la FP han dado declaraciones que apuntan a la movilización popular para rechazar una reforma a la Constitución. “La Constitución no se toca”, dijo Radhamés Jiménez y agregó que si lo intentan: “Nos tendrán a todos nosotros en la calle”.

El enfoque de Jiménez dista de la postura de Bautista. Parecería que en la FP falta mística o que no han interpretado la señal del líder y presidente de la organización.

¿Por qué la Constitución no se puede tocar si ella misma dice cómo se modifica? ¿Porque lo dice la Fuerza del Pueblo?

A esa consigna de “la Constitución no se toca” le falta identificar el motivo de por qué no se puede tocar, pues nadie se puede oponer a una reforma constitucional solo por oponerse. El 2024 no es el 2019.

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