La participación ciudadana se erige como elemento esencial para mejorar la calidad de la democracia y la institucionalidad, esta tiene una doble dimensión, es un derecho y un deber. En ese orden, en el artículo 75.12 se establece el deber de los ciudadanos de: “Velar por el fortalecimiento y la calidad de la democracia, el respeto del patrimonio público y el ejercicio transparente de la función pública”.
En este contexto, en el artículo 203 de la Ley Sustantiva se establece: “La Ley Orgánica de la Administración Local establecerá los ámbitos, requisitos y condiciones para el ejercicio del referendo, plebiscito y la iniciativa normativa municipales con el fin de fortalecer el desarrollo de la democracia y la gestión local”.
De igual manera en el artículo 208 de la Ley Sustantiva se establece:
“Es un derecho y un deber de ciudadanos el ejercicio del sufragio para elegir a las autoridades de gobierno y para participar en referendos. El voto es personal, libre, directo y secreto. Nadie puede ser obligado o coaccionado, bajo ningún pretexto (…)”.
En ese mismo orden, en el artículo 210 se establece: “Las consultas populares mediante referendo estarán reguladas por una ley que determinará todo lo relativo a su celebración”.
En los casos en que la reforma de la Constitución se refiera a temas de derechos y garantías, para su modificación se requerirá el referendo aprobatorio, esta figura está consignada en el artículo 272, en el se setablece lo siguiente:
“Cuando la reforma verse sobre derechos, garantías fundamentales y deberes, el ordenamiento territorial y municipal, el régimen de nacionalidad, ciudadanía y extranjería, el régimen de la moneda, y sobre los procedimientos de reforma instituidos en esta Constitución, requerirá de la ratificación de la mayoría de los ciudadanos con derecho electoral (…)”.
En conclusión, la participación ciudadana tiene una doble dimensión, por un lado, está configurada en el ordenamiento jurídico dominicano, como un derecho fundamental, y deber ciudadano. En esas atenciones, los ciudadanos somos corresponsables de contribuir a mejorar la calidad de la democracia y la institucionalidad.
En ese sentido, es hora de pasar de la teoría a la acción, vamos con entusiasmo a participar en la construcción de un mejor país para todos, En esas atenciones, es importante recordar la frase emblemática de John F. Kennedy: “No pienses qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tú país”.