Con el pretexto de “limpiar la imagen” de la República Dominicana, en diciembre del 2023 el gobierno dominicano, vía el Ministerio de la Presidencia, firmó un contrato millonario con el conglomerado internacional Dentons, bajo el Procedimiento de Excepción de Obra Científica, con el número MINPRE-2023-41. Este pacto, reseñado por un periódico nacional a principios del mes de abril, le otorga inicialmente a Dentons más de RD$85 millones de pesos para la “defensa de la imagen y gestión de riesgo reputacional” del país, cuyo presupuesto está proyectado a elevarse eventualmente a RD$177 millones de pesos.
Pero vaya paradoja, ya que la empresa Dentons no califica para “limpiar la imagen” de la República Dominicana, porque los mismos personajes que la lideran han participado en campañas de descredito a nivel internacional contra nuestro país, principalmente en lo que se refiere a políticas migratorias y de derechos humanos. Entonces, ¿cómo los mismos desacreditadores del país son premiados con millones de dólares para limpiar nuestra reputación?
El conglomerado Dentons, que incluye la firma de abogados más grande del mundo así como servicios élite de asesoría, funciona también como una entidad lobbista, con atención especial a la imposición de leyes sobre “identidad de género,” a nivel internacional y la medicalización de la niñez que se siente confundida respecto a su sexo biológico.
Recientemente, Dentons público un reporte donde enfatiza la importancia de que los Estados eliminen las “limitaciones” que impiden a menores de edad cambiar de sexo, porque lo que debe primar es “su voluntad.” El documento titulado “¿Sólo adultos? Buenas Prácticas en el Reconocimiento Legal de Género Para los Jóvenes” subraya que no debería existir “ningún criterio de elegibilidad, como intervenciones médicas o psicológicas” que prevengan la medicalización de menores de edad
“Es necesario permitir que los niños y adolescentes se definan a sí mismos como mejor les convenga, tanto en términos sociales como legales,” alega el citado documento. Esto debe permitirse a espalda de sus padres, ya que Dentons aboga explícitamente “reconocemos que el requisito de consentimiento parental puede ser restrictivo y problemático para los menores de edad.”
¿Y los padres que no estén de acuerdo con la transición y medicalización experimental de sus hijos e hijas? A esos hay que meterlos presos. El reporte expresa: “Los Estados deben tomar medidas contra los padres que obstruyan el libre desarrollo de la identidad trans de una persona joven al rehusar su autorización parental en caso de ser necesario.” Este punto no es hipotético, pues en países como Canadá ya han arrestado a padres que objetan a la transición de sus hijos menores de edad.
El Reporte Dentons exacerba su absolutismo al declarar que: “Es preciso eliminar requisitos de edad mínima.” Este punto es extremista al asesorar que se reconozca la identidad de género desde el nacimiento. Es decir, abogan que un papá pueda inscribir a una bebé como varón en el Registro Civil. ¿Para qué? La identidad de género se define como el sentimiento que tienen algunas personas respecto a su sexo biológico. Los recién nacidos no hablan, así que ¿cómo sabría ese papá que su hija bebé se identifica como varón?
Una niña o un niño que sean adoctrinados desde su nacimiento a rechazar su cuerpo no tienen otra opción más que mutilarlo cuando su propia corporeidad, inevitablemente, les demuestre que siguen siendo hembra o varón, sin importar las alteraciones a las que puedan ser sometidos. Sin pensar siquiera en el daño psicológico que ideas tan incongruentes pueden provocar en una mente en pleno proceso de desarrollo. Recordemos que el cerebro humano se continúa desarrollando hasta aproximadamente los 25 años, incluyendo áreas relacionadas con el funcionamiento cognitivo y la toma de decisiones.
El interés supremo de un niño y de una niña jamás podrá ser que personas adultas les encaminen hacia una trayectoria de medicalización experimental irreversible, que perjudicará su salud de por vida. Es muy cómodo para los adultos que trabajan en firmas élites redactar reportes “de derechos humanos” vendiendo ideas extremistas a gobiernos ilusos (en el mejor de los casos) que consideran este tipo de lobbismo benigno. Los tratamientos experimentales con la niñez no son benignos.
El Reporte Dentons recomienda que para promulgar estas propuestas extremistas es prioridad “evitar la cobertura y exposición mediática”, expresando que en los países donde se disemina más información respecto al daño que acarrea la medicalización irreversible de menores de edad, es donde más rechazo generan estas propuestas. Y por tal razón recomiendan que el tema se mantenga bajo estricto secretismo “para evitar malinterpretaciones en los medios de comunicación”. En vez de ser honestos con la población, Dentons recomienda persuadir a los políticos claves para imponer estas propuestas autocráticamente y en sigilo. Presidente Abinader, ¿esto fue lo que pasó con usted?
Como buen grupo lobbista, el Reporte Dentons también recomienda: “Elijan como blanco a políticos jóvenes. Es particularmente útil conseguir el apoyo de los grupos juveniles dentro de los partidos políticos… y enfatizar que estos representan la clase política del futuro y, por lo tanto, estar a favor de estas propuestas significa inevitablemente apoyar las políticas del futuro”.
La niñez que rechaza su sexo y que es incentivada a someterse a tratamientos trans (como los bloqueadores de la pubertad, hormonas del sexo opuesto en cantidades industriales y cirugías experimentales), son expuestos innecesariamente a un incremento exponencial de sufrir enfermedades cardiovasculares, osteoporosis temprana, cáncer de útero, prolapsos vaginales, disminuciones drásticas de la mineralización de sus huesos, esterilidad, entre otras gravedades médicas irreversibles.
Hay que pausar: cambiar de sexo es imposible. Este factor biológico habita en cada célula de nuestro cuerpo y juega un papel fundamental en un sinnúmero de condiciones médicas que afectan los sexos de manera desigual. Podemos, y en mi opinión deberíamos, incentivar que los niños y las niñas expresen el libre desarrollo de su personalidad sin que eso implique mentirles sobre su biología. ¿Cómo así? El problema no es su cuerpo, el problema son los estereotipos.