A principio de abril estuve participando en un congreso sobre comunicación política, organizado por el grupo Bitácora, en cuyo escenario fueron expuestos diversos tópicos de la comunicación, como la investigación, el uso de la inteligencia artificial, las redes sociales, el lenguaje y la narrativa, entre otros aspectos abordados por expertos que compartieron sus conocimientos y experiencias con el público.

La actividad tuvo como objetivo abordar la comunicación desde el punto de vista de las instituciones públicas, la comunicación de gobierno 5G, y destacar las estrategias que impactan de forma positiva en los ciudadanos.

Los temas abordados fueron interesantes, porque desarrollaron aspectos importantes en cada caso. Uno de los más interesantes fue el uso de la narrativa en la comunicación, porque esta nos permite conectarnos a través de las emociones y experiencias, y ayuda a sensibilizar y crear conciencia en la gente.

La narrativa también aplica para los medios de comunicación masiva que difunden noticias y que destacan la parte humana, es decir, cuando se involucra a la gente para que sean estos quienes cuenten su historia y que esta sea creíble.

Asimismo, en temas de política partidista, vemos cómo los estrategas utilizan una serie de recursos como parte de la narrativa para atraer y tocar la sensibilidad humana, como son las emociones.

La conferencista y comunicadora Gabriela Bonilla abordó este tema y decía que, para construir una buena narrativa, lo primero es conocer la audiencia, identificar historias reales, utilizar los audiovisuales, pero, además, ser siempre transparentes y auténticos.

Proyectó como ejemplo los spots “Por fin, primero la gente”, la famosa historia contada por el doctor José Francisco Peña Gómez durante la campaña presidencial de 1996 y ¿Qué es ser dominicano? Con Freddy Ginebra, los cuales siguen despertando emociones al momento de ser proyectados.

En el caso del doctor Peña Gómez que no fue favorecido para obtener la presidencia en ese momento, todavía impacta escucharlo y sensibiliza, lo que significa que la narrativa utilizada conectó con la audiencia. Lo mismo pasó con “Yo los perdono”. A todos se nos eriza la piel con este mensaje del perdón.

Así como estos videos, hay muchísimos con narrativas que impactan. Recordemos campañas de sensibilización para llamar la atención sobre el cáncer de mama, con mujeres afectadas que dan testimonios y hacen un llamado de atención hacia la enfermedad y las implicaciones por no tratarla a tiempo.

También campañas de instituciones privadas que despiertan el sentido de la responsabilidad social con temas del manejo de basura, seguridad vial, economía familiar, medioambiente y salubridad. Y aquellas relacionadas al rescate de nuestra idiosincrasia y cultura que todavía, 30 años después, la disfrutamos.

Respecto a la seguridad vial se hizo un intento, creando audiovisuales con escenas reales de accidentes de tránsito, con el propósito de sensibilizar a la ciudadanía sobre las infracciones y distracciones, como el uso indebido del celular o ingerir bebidas y comidas frente al volante, y narrativas de sobrevivientes por violar la ley.

Así que la narrativa es fundamental cuando queremos conectar con la gente, cuando queremos llevar mensajes que penetren y sensibilicen y, claro está, adaptado siempre a los cambios y evoluciones que vamos experimentando en nuestro diario vivir.

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