Thomas Robert Malthus fue un economista, demógrafo, clérigo anglicano, catedrático de Economía Política e Historia Moderna en la Universidad de Cambridge. Nació en Surrey, Inglaterra, el 17 de febrero de 1766 y murió en Hertford el 29 de diciembre de 1834 ya con 68 años cumplidos de vida, después de haber asustado a todo el mundo con sus vaticinios de hambruna universal, principalmente causados porque estimó mal las tasas de crecimiento de los parámetros de población que usó, ya que una tasa de progresión geométrica versus la de desarrollo de la producción de insumos alimentarios que asumió correspondía a una progresión aritmética. Claro está que en tales condiciones, la brecha de satisfacción de la demanda alimentaria en el mediano y el largo plazo se haría paulatinamente mayor hasta cuando se iniciare el proceso de hambrunas y con ellas el del exterminio de las sociedades más vulnerables.
Con el paso del tiempo el ingenio humano ha demostrado una gran maestría en la utilización de las biotecnologías y la ciencia para el control de enfermedades y plagas, así como para la producción de simientes de mayor resistencia y productividad. Sin embargo, tales hechos, junto a otros conectados con el avance de las ciencias, deberían conducirnos a percibir las sociedades del mañana inmediato con gran optimismo. Pero no ha sido así. Cada vez con mayor frecuencia se incrementa la sospecha y la insatisfacción, como puede inferirse de la recepción del monumento lítico de cinco grandes placas de granito en Georgia, erigido sobre una colina en el condado de Elbert por un grupo anónimo de ricachones encabezado por un arquitecto que se identificó con el nombre ficticio de R. C. Christian, pero desapareció de la localidad tan pronto negoció y acordó un acuerdo arquitectónico y contrató al ejecutor de la obra con sobreprecio abusivo, la construcción del monumento, una empresa local usuaria del granito como materia prima de construcción. Se ve el monumento como un símbolo de la voluntad del rico a propósito de estimular la toma de drásticas medidas para la reducción de la población mundial. También se considera al monumento como un importante sitial de ceremonias para la oculta sociedad secreta que aspira lograr la dominación mundial.
Las petroguías, aunque construidas a finales del siglo XX constituyen un esfuerzo para anidar, con lenguaje y simbolismos culturales y éticos del mundo de hoy, emula en su forma la supuesta entrega por parte del Dios de los judíos a Moisés, de la tabla lítica de los diez mandamientos de las leyes divinas, intrínsecamente, una petroguía, con la diferencia de que mientras la mosaica estuvo escrita en hebreo antiguo, la del monumento de Georgia contiene diversas versiones en ocho lenguas actuales y otras cinco en lenguas de la antigüedad.
El primer mandamiento del monumento de Georgia dice simplemente: “Mantenerla humanidad por debajo de 500,000,000 en perpetuo balance con la naturaleza. Obviamente, y considerando la población mundial actual habría de requerirse la eliminación de doce de cada trece habitantes del planeta.