Miguel Guerrero lanza “Jaque a la libertad. El derecho de no asociación”
Miguel Guerrero lanza “Jaque a la libertad. El derecho de no asociación”

En las últimas décadas se han establecido negocios que por su naturaleza sirven de exponentes de los avances del país. Su diversidad sigue siendo amplia y abarca las más sofisticadas ramas de la actividad comercial, desde la venta de emparedados y delicatessen, hasta los más exóticos cortes de carne de calidad. Negocios exclusivos para los ricos y la clase media alta, que pueden darse el gusto de estos lujos en medio de las precariedades en que hemos vivido.

Muchos han sobrevivido. La prima del dólar se llevó algunos de encuentro. Después hicieron el trabajo el alza de los combustibles, el encarecimiento y escasez de la energía eléctrica. Todo eso los obligó a subir los precios a niveles inaguantables para una sociedad en proceso de empobrecimiento acelerado en contraste con el crecimiento de la economía.

Sin embargo, esos precios que los condenaron al cierre en muchos casos no guardaban proporción con los incrementos de sus costos. Independientemente de la devaluación, la estructura de precios de nuestra economía es alta y especulativa. El país es extremadamente caro hasta para aquellos que pagan en dólares y euros.

Un amigo español muy estimado, que estuvo en esta capital de visita con otros académicos de la Universidad de Valencia, al comentarme la experiencia del grupo me dijo, por correo electrónico, que sus compañeros quedaron sorprendidos por lo caro que resulta ir a los restaurantes en Santo Domingo. Cualquier restaurante supera aquí en precios a lujosos y sofisticados establecimientos de ese género de Europa y Estados Unidos y qué no decir de la calidad de la comida entre uno y otros. Si de pronto continúan cerrándose negocios de ese tipo no será sólo por la inflación y otros factores, todos ellos con méritos suficientes para matar del corazón a cualquiera, porque paradójicamente con cada cierre abren negocios mejores y más modernos.

Posted in La columna de Miguel Guerrero

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