Cualquier comentario colocado en los medios digitales de comunicación se universaliza; luego es como un vaso de agua que cuando se derrama no se puede recoger. En este tiempo más que en generaciones anteriores, a esta época digital, por más agilidad de mente y rapidez para escribir desde un dispositivo electrónico, siempre es recomendable una breve reflexión.
Los intercambios entre comunicadores digitales del país sobre las heroínas hermanas Mirabal son consecuencia de un país en crisis, no sólo económica, sino en un contexto más amplio. Desde más lejos en nuestra aldea universal se escuchaba desde las redes una invocación a las hermanas Mirabal de la presidente del Consejo de Ministros de Italia Giorgina Meloni, primera mujer en ocupar esa posición en su país, de 45 años de edad, y presidente del partido conservador Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), lo que parecía una respuesta al debate entre influencers dominicanos desde las redes sociales.
Las tres hermanas eran invocadas por la Presidente de Italia por ser el 25 de noviembre el día escogido por la ONU, a propuesta del primer gobierno del Dr Leonel Fernández, para conmemorar la no violencia contra la mujer. Las Mariposas de Salcedo, por su entereza, dignidad y solidaridad con sus esposos presos y torturados por la dictadura trujillista se convirtieron en un símbolo mundial.
Su asesinato detonó el derrumbe de la dictadura trujillista y con sus dignas posturas sirvieron a propósitos trascendentes, han dejado un legado oportuno y universal; sus vidas no fueron “inservibles”. La joven que se refirió a ellas desconociendo su significado ha recibido una lección de por vida, ojalá pueda superarla porque violentará su interior.
Total, no es su culpa; es de un sistema educativo que no forma ni construye valores para fortalecer la cohesión y arraigo social. La respuesta a ella fue con lenguaje violento y quien lo hizo retiró su expresión. La violencia es estimulada desde un mal manejo de crisis.
Cuando el Presidente Abinader, mostrando la desesperación de quien no sabe qué hacer, afirma que los delincuentes deben entregarse o tendrán de frente a la PN y al Gobierno, no se da cuenta que está decretando la pena de muerte y sustituyendo el rol del Ministerio Público que es quien tiene la atribución de perseguir el crimen y el delito, y a los tribunales que son los que sancionan.
La violencia sólo alimenta violencia, por eso cada vez toma más cuerpo. Eso empieza por detenerse entrenando un personal policial evaluado, equipado y bien remunerado, para que evite los crímenes y delitos empezando por ellos mismos. Lo que ha hecho el Presidente es decretar la pena de muerte, constitucionalmente inexistente en nuestro país y condenada por el derecho internacional.
Consecuencia de la incapacidad, desesperación e improvisación este gobierno acaba de exhibir en las redes sociales una ejecución hecha por un cuerpo policial que sentenció a la pena de muerte a dos delincuentes que figuran uno muerto y el otro aún con movimientos. Esta demostración de incapacidad constituye un circo sanguinario y desagradable que solo busca fomentar los comentarios ligeros y deshumanizantes que se hicieron al pie de la imagen del vídeo que mostraba la escena, publicado esta pasada semana.
Presidente, recuerde que estamos viviendo en una aldea universal y esas acciones tienen consecuencias para el país.