Carlos Peña, el ilustrado y talentoso analista de El Gobierno de la Mañana, lanzó recientemente una vehemente advertencia a sus compañeros dirigentes del PLD, identificando al licenciado Luis Abinader como una amenaza al continuismo gobiernista en el certamen electoral de mayo 2020.
Sorprendió la afirmación de Peña, habida cuenta de que el comunicador es miembro del Comité Central del partido de gobierno, y si bien su advertencia fue un llamado a su partido a unir fuerzas frente al licenciado Abinader, le hacía
–de paso– un reconocimiento al potencial electoral que acumula el líder opositor, una concesión escasa en nuestro mezquino mundo político.
“En este momento yo empiezo a ver una oposición al gobierno del presidente Danilo Medina desde el punto de vista político, no del chismoteo y la cháchara política. Una oposición al PLD y al Bloque Progresista que empieza a aglutinarse alrededor de Luis Abinader, quien tiene un posicionamiento por encima del PRM.
“Este hombre está sumando fuerzas, gente de otros partidos y a personas que no son políticas, y por eso digo que Luis Abinader es una amenaza real, inocultable, en el momento político electoral que vive el país”, fueron palabras textuales del joven comentarista.
Carlos Peña no ha dicho nada que no hayan reflejado las encuestas realizadas en el país desde principios de este año, y que no conozcan quienes en el presente están haciendo estudios serios.
Lo que más pudiera aproximarse a la popularidad de Luis es el porcentaje de aceptación de la gestión del presidente Danilo Medina, de algo más de un 50%, pero con el contrapeso de alrededor de un 70% de electores que expresa oposición a que el mandatario reforme otra vez la Constitución para volver a repostularse.
Establecido el alto y sostenido posicionamiento de Luis, sería bueno saber cuáles factores empujan su popularidad. Además de atributos personales como su gran capacidad de trabajo y trayectoria de honestidad, Luis cuenta con el apoyo de una mayoría que bordea el 70% o más de la dirigencia y militancia perremeísta, que ya lo tiene probado como un excelente candidato presidencial aún en las peores condiciones, como fueron las elecciones de 2016.
René Mateo, dirigente del PRM en Nueva York, y quien fuera coordinador del equipo del expresidente Hipólito Mejía, ofreció una clave al darle su respaldo a Luis como candidato presidencial, señalando que “es el líder político que mejor conecta con los nuevos actores políticos”.
A diferencia del liderazgo tradicional que ha ejercido el poder, Luis no tiene responsabilidad en la acumulación de la pesada deuda social que a fuerza de inequidad, irrespeto al Estado de derecho e infuncionales servicios públicos de carácter social oprime a la mayoría del pueblo.
Esos líderes, entre los que pudiera estar el competidor de Luis, han gobernado sin ni siquiera dar inicio a un auténtico proceso de desarrollo integral del país.
Suma Luis, como factor que apalanca su popularidad, la condición de único político en capacidad de articular con otras fuerzas el conjunto de reformas económicas, sociales y políticas que debe acometer el país.
Como he escrito antes en este periódico, con su sostenido y alto posicionamiento, Luis Abinader es una carta de triunfo para el compromiso electoral del PRM en las elecciones de 2020. Ya lo saben los perremeístas.