La Junta Central Electoral (JCE), bajo la presidencia del veterano y pulcro jurista Román Jáquez Liranzo, continúa con su correcto trabajo y una expedita vía para dar solidez a la democracia dominicana.

El órgano colegiado tiene una clara advertencia a los partidos políticos locales.

La advertencia -lanzada con el sano propósito de que el país siga transitando por el mejor camino- consiste en que la dirigencia política nacional “no se precipite” en sus afanes proselitistas.

Significa que no haya campañas electorales a destiempo como lo desea la sociedad.

Es una sana advertencia, que si es asimilada no habrá que acudir a sanciones innecesarias.

La dirigencia política nacional debe entender que falta mucho trecho por recorrer para las elecciones (presidenciales, municipales y congresuales) pautadas para mayo del 2028 y, por consiguiente, no hay necesidad -respecto al mismo proceso comicial- de violar las reglas que imperan en la JCE.

Sobre el particular se ha escrito que “las violaciones, después de todo, se inscriben en una tradición o una cultura que el liderazgo político nacional estimula en lugar de erradicar. Sin embargo, el escenario no puede convertirse en un desafío al orden y la autoridad”.

En ese mismo tenor cabe insistir sobre la correcta exhortación del presidente de la JCE, Jáquez Liranzo, concerniente a las leyes electorales que rigen en el país.

Precisar que, como se ha reiterado, los partidos políticos no deben alegar ignorancia y mucho menos persecución… fueron advertidos -y como han publicado los medios noticiosos nacionales- sobre duras consecuencias. Consecuencias que hasta podrían ser “catastróficas” para los proyectos políticos más ambiciosos.

Se exponen, además, a una violación que por el respeto y el bienestar que ellos mismos predican y que por consiguiente “deben ser los primeros en observar”.

Precisión: La advertencia, en el más objetivo contexto, consiste en sanciones legales contra los ciudadanos que sigan promocionando sus aspiraciones políticas a destiempo y fuera de los plazos que ya establecen las leyes. Y lo peor -quizás- es que la JCE amenazó a los dirigentes políticos aspirantes con despojarlos de sus candidaturas cuando las inscriban

Sobre este aspecto, el órgano comicial se ampara -como está certificado- en el artículo 78 de la Ley 33-18 sobre partidos políticos, movimientos y agrupaciones para no permitir las postulaciones a quienes continúen irrespeten las leyes electorales .La advertencia de la JCE está bien clara. Y el dirigente político de menos experiencia debe comprenderla.

Es que no hay ninguna razón -ni argumentos que valgan, que intenten exponer los más veteranos dirigentes políticos- ¡para que la correcta advertencia de la JCE no se entienda!

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