El presidente Luis Abinader convocó a todos los dominicanos a producir un gran pacto nacional para superar la situación creada por el negativo impacto de virus SARS-COV-2, y para contener la expansión del contagio en la población del país.
Su llamado tiene mucho sentido porque el tiempo necesario para controlar la enfermedad covid-19 sólo puede acortarse si se logra la colaboración y disciplina de los ciudadanos en el cumplimiento de las medidas de seguridad sanitaria.
Conozco experiencias que me permiten afirmar el impactante resultado que se logra con la participación de los ciudadanos en términos individuales, y más importante aún, con la acción orquestada a través de las organizaciones comunitarias de pequeñas y grandes ciudades.
Los logros alcanzados en experiencias comunitarias realizadas, con el apoyo del Ministerio de Salud Pública (MSP), son más que convincentes; y los resultados obtenidos cuando involucra la comunidad, demuestran que esta es una estrategia para el éxito.
En noviembre pasado, el diario ACENTO, publicó un extenso reportaje dando cuenta de que los barrios Loma del Chivo y La Zurza, del Distrito Nacional; el populoso municipio Santo Domingo Norte; la comunidad turística Verón-Punta Cana; y el poblado de Santana, en la provincia Peravia, que “han logrado reducir prácticamente a cero la tasa de mortalidad del Covid-19, luego de emprender sus propias estrategias para mitigar el impacto de la pandemia”.
Estas comunidades, de distintas regiones, tienen en común haber puesto en marcha, con el apoyo del MSP y los gobiernos locales, diversas iniciativas para sensibilizar a la población y promover una disciplina social responsable frente a gran amenaza sanitaria.
La experiencia del distrito municipal Santana, de la provincia Peravia, se puedes considerar como un “caso de éxito en la gestión del covid-19, por el nivel de involucramiento de la comunidad y por no registrar hasta ahora ninguna muerte relacionada con la enfermedad”.
La clave, dice el reporte de ACENTO, ha sido el compromiso de las nuevas autoridades municipales, y la participación de la Dirección Provincial de Salud, la Defensa Civil, las juntas de vecinos, el Distrito Escolar, la Policía, la Iglesia Buenas Nuevas y la Asociación de Padres y Amigos de la Escuela.
Un informe del médico y activista comunitario, Leonardo Martínez, explica que el primer caso del covid-19 en Santana se produjo 120 días después del primer caso nacional y 96 días después del primer caso de San Cristóbal. De los 8 casos registrados, solo tres se han complicado y solo 6 se han identificado como casos activos.
El plan de Santana se centró en crear una estructura de apoyo a las intervenciones, promover las medidas de distanciamiento físico o aislamiento social e higiene general, apoyar un plan de protección de grupos vulnerables, promover el uso de aditamentos de prevención, un plan de Información educación y comunicación, un plan de recuperación financiera, acciones de control de gestión de entrada y salida de personas, y apoyar planes de seguimiento de casos.
Estoy informado y creo en estas experiencias porque participé en reuniones realizadas en el MSP, y principalmente por los abundantes datos que me ha ofrecido mi amigo Luis José Chávez, periodista que dedica una parte importante de su tiempo al trabajo con las organizaciones de las comunidades citadas en este artículo. Él las ha acompañado durante todo el proceso.
Deberíamos replicar estas experiencias. Su protagonistas nos han demostrado que si se puede.