Al comenzar el año, cobran interés las proyecciones económicas y las medidas que asumirán las entidades regulatorias de las naciones más desarrolladas, un aspecto que genera impacto directo en las decisiones de inversión y en el diseño de estrategias económicas a nivel mundial. Este panorama influye en gran medida en la estabilidad y el desarrollo de las economías.

En el marco de este proceso han salido a relucir los planteamientos de representantes de las instituciones regulatorias que se toman de referencia y de centros de pensamiento, en un escenario en el que prevalece la incertidumbre por la llegada al poder de un ultraconservador y proteccionista Donald Trump.

Por lo pronto, el Sistema de la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés), dispuso en la tercera semana de diciembre de 2024, la reducción de los tipos de interés de referencia entre 4.25 % y 4.50 %, en consonancia con lo estimado. Es la tercera ocasión desde septiembre que ese organismo toma una medida de esa característica.

Se destaca que, si bien la inflación se estanca por encima de la previsión de la FED, existe el temor de que repunte ante la eventual puesta en vigencia de aranceles y las deportaciones de inmigrantes irregulares, que forman parte del discurso de campaña del nuevo mandatario. En esencia, el comportamiento de los precios de los productos y el mercado laboral serán determinantes.

Este panorama podría redefinirse en la próxima reunión de la FED, programada para el 29 de enero del año en curso, aunque analistas vaticinan que quizás no se produzcan cambios, a pesar de que el encuentro se efectuará a escasos días de la toma de posesión de Trump, que está pautada para el 20 de enero, lo que podría minar el escenario llevando mayor inquietud.

El discurso que han asumido representantes locales de la FED no es tan esperanzador. El presidente del Banco de la Reserva Federal de Richmond (Virginia), Tom Barkin, opinó que “El nivel actual de las tasas de interés del banco central sigue siendo lo suficientemente restrictivo como para reducir la inflación en 2025”. En consonancia, la presidenta de ese mecanismo en San Francisco, Mary Daly, destacó que todavía no ha terminado el trabajo encaminado para controlar la inflación.

Preocupa en algunos sectores la capacidad de influencia que pudieran alcanzar quienes están detrás del polémico y extremadamente conservador Proyecto 2025, ideado por la republicana Fundación Heritage.
Hay quienes consideran que ese proyecto de transición presidencial representa la visión más personal del mandatario Trump y toman como referencia que parte de los integrantes de la fundación que trabajaron en él fueron funcionarios claves en su pasada administración. Sin embargo, el presidente electo de los Estados Unidos ha marcado distancia, al sostener que no sabe nada sobre dicha iniciativa.

El Proyecto 2025 propone lo siguiente: el desmantelamiento del Departamento de Educación, el fin de la agenda de género y en el caso que nos ocupa, la eliminación de la Reserva Federal por completo, cuya autoridad y poder regulatorio de la política monetaria sería transferida a “funcionarios electos”. Esta es una simple reseña del alcance de tal propuesta, contemplada en 900 páginas.

En lo referente al Banco Central Europeo (BCU), decidió bajar los tres tipos de interés oficiales, a mediados del pasado diciembre. El argumento principal para sustentar la decisión, es que el proceso de desinflación continúa en marcha, porque la inflación interna continúa bajando y podría estabilizarse en 2 %, siendo este el objetivo del Consejo de Gobierno de ese organismo.

De acuerdo con datos publicados en la página virtual del BCU: “Los expertos del Eurosistema estiman que la inflación general se situará en promedio, en el 2,4 % en 2024, el 2,1 % en 2025, el 1,9 % en 2026 y el 2,1 % en 2027, cuando el régimen ampliado de comercio de derechos de emisión de la UE comience a aplicarse”, esto último refiriéndose al propósito de reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2030 y de manera definitiva hacia el 2050, porque la Unión Europea (UE) está considerada como el tercer mayor contaminante.

Para esas proyecciones fueron excluidos los alimentos y la energía, que podrían marcar un revés económico y limitar las acciones climáticas impulsadas por la UE, pues el conflicto ruso-ucraniano continúa generando presión dentro de esa región, tal como fue plasmado en un trabajo periodístico titulado “Termina la era del gas ruso barato para la Unión Europea al detenerse su tránsito por Ucrania”, publicado en la página virtual de BBC News Mundo, el primero de enero de 2025.

En la publicación se indica de manera escueta lo siguiente: “El gas ruso ha dejado de fluir a los estados de la Unión Europea a través de Ucrania después de que expirara un convenio de cinco años, lo que marca el final de un acuerdo que duró décadas”. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo que su país no permitiría que Rusia ganara miles de millones adicionales “con nuestra sangre”.

Hay que agregar también otros factores que por igual tienen mucha relevancia en la dinámica política, económica y social de las naciones, como son: el envejecimiento de la población mundial, muy afianzado en el continente europeo; y las amenazas a la salud global, cada vez más expuestas tras lo sucedido con el Covid-19 y sus secuelas, entre ellas, la desconfianza hacia el manejo de la crisis y la información por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En resumen, el mundo se ha vuelto muy complejo y esto a futuro podría limitar la certeza de las proyecciones de los expertos en diferentes temas y áreas de interés.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas