Cuando el Representante -Shadow, por el Distrito de Columbia- y líder demócrata, Franklin García (activista comunitario y político dominicano), me invitó al homenaje que el Comité Afro-Latino y de Amigos le rendiría a la activista comunitaria dominicana Casilda Luna -el pasado martes, pero que llegó a Washington DC., en 1962- por “su papel clave en el establecimiento de muchas organizaciones latinas entre ellas: EOUFULA (Oportunidades educativas para latinoamericanos), The Hispanic Festival, Latin American Youth Center, Latina Women In Action, Imperial Tenant’s Association y la Oficina del Alcalde en Asuntos Latinos”, me sentí altamente honrado y privilegiado; pero más que nada, por ser testigo del homenaje-tributo a la trayectoria de lucha de una emigrante dominicana que forjó una alianza entre afroamericanos y latinos –pro derechos civiles y políticos (libertades, no discriminación, trato humano y digno, etc.)- en el corazón de la capital de los Estados Unidos.
Ya la Alcaldía de la Capital, en 2013, le rindió un homenaje –como lo hará de nuevo este abril de 2019-, y en aquella ocasión dijo: “Todos hablamos el mismo idioma y debemos comprendernos”; al tiempo que enfatizó “pedía lo mismo -que los afroamericanos pedían- para los latinos”, que fue siempre su visión de compromiso en todas las jornadas que libró junto al liderazgo comunitario afroamericano en Washington, DC.
Pero, en esta ocasión, se oyó fuerte: “Casilda Luna, continúa siendo un pilar en la comunidad latina donde su legado de trabajo y su importante impacto se sienten a diario. Casilda, ha dejado un legado apropiado en la comunidad latina, una que otros pueden ejemplificar y reconocer públicamente”.
Y remembrando ese emotivo reconocimiento, razono que, en el 2017, el Presidente Danilo Medina –mediante el decreto 242-17- instituyó una distinción o reconocimiento especial-anual: el “Premio Internacional al Emigrante Dominicano Sr. Oscar de la Renta” para reconocer la labor meritoria de aquellos compatriotas de nuestras comunidades de ultramar que, por su trayectoria y contribución a causas altruistas o, de merecido reconocimiento en cualquier rama de la ciencia, derechos humanos, arte, educación, cultura, deporte o la innovación, sean merecedores de tal distinción, y cuya primera entrega, 2018, recayó en el prestigioso Médico Cirujano dominicano, Dr. Rafael Antonio Lantigua.
Porque al fin y al cabo, de lo que se trata es de premiar “…los emigrantes nacionales y a sus descendientes por una labor significativa que impacte o eleve la imagen del país en el exterior”, como reza en su motivación central el referido decreto.
Por ello -por su trayectoria de lucha-, antenoche, tuve el privilegio de estrechar sus manos, abrazarla y decirle: ¡Muchísimas gracias, distinguida compatriota, por representarnos con decoro, decencia, coraje y perseverancia! ¡Enhorabuena!