Cualquier meta que Fernando Tatis III quiera lograr en la actual y futuras temporadas comienza por un paso de esos que, como muchas cosas en la vida, nunca se aprenden en “cabeza ajena”.
El talentoso jugador de los Padres de San Diego necesita estar en el terreno; para ello requiere de salud y ser más cauto en la toma de ciertas decisiones.
Tatis III apenas tiene 22 años, por lo que hay varios furgones de temas por asimilar. Uno de ellos, en un tema que tocamos por primera ocasión en el campo de entrenamiento, es que ya no es el pelotero que buscaba demostrar que reunía las condiciones para ser titular. Hace rato que cada paso suyo representa el de una inversión de 13 campañas y 340 millones de dólares de su equipo.
Para un servidor, era innecesario que el torpedero y hoy jardinero intentara anotar desde la tercera base con un elevado al cuadro o en terreno muy corto de los bosques en un partido de exhibición.
“El Niño”, como le llaman, debe entender que él es no solo San Diego, sino probablemente la cara del béisbol. Para mantener cualquier título que se le pueda colocar, hay que jugar y eso implica reconocer que un rodado al cuadro tiene mucho chance de ser out en la mayoría de las ocasiones.
Hay tiempo para todo, incluidos esos partidos en los que tomar la base extra o robarse una almohadilla es vital para ganar. Esos detalles tienen su hora, no marcan la pauta en 162 enfrentamientos de serie regular.
Él cuenta con un estilo, con una identidad. Eso es verdad. Sin embargo, la vida es de ajustes y varias lesiones que no son de contacto han amenazado con mandarlo para 2022.
Pienso que un gerente o ejecutivo no quiere ver varios cientos de millones de dólares rodando en cada base, cuando con el poder o un buen choque con el madero se obtienen mejores resultados. ¿Sale el pleito de la base robada con el extrabase y el jonrón? Lo dudo.
Tatis III lleva la delantera para ser el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, pero para eso hay que accionar.
Los Padres, como sucedió el domingo cuando regresó con dos cuadrangulares, se lo agradecerán. Y el resto de su carrera por igual.