Manuel Arturo Machado pisó el acelerador en este tramo inicial de campaña, en el que sin duda estará batallando por el premio al “Jugador del Mes”. Al paracorto de los Orioles hay que agarrarlo con trapos de lo encendido que está.
Al inicio de la jornada de ayer, su promedio estaba en .356, tercero en ambas ligas mayores, su porcentaje de embasarse en .434 y el de “slugging” en .713. Es segundo en cuadrangulares en todo el negocio con ocho, solo superado por los nueve de Mike Trout. Sus 17 remolcadas son una muy buena cuota.
Son números distintos a los que compiló en el tramo de marzo-abril de 2017, cuando bateó para .224 con cuatro jonrones y 13 impulsadas.
El dominicano, quien el seis de julio cumplirá 26 años, se dirige hacia la agencia libre en 2019. Con esos números que proyecta tener y actuando en las paradas cortas, habrá que buscarle unos cuantos sacos, probablemente en cantidades industriales, para todo ese dinero que obtendrá.
No pretendo ponerme a hablar de cifras, de posibles cientos de millones que pudiese obtener, porque falta bastante y falta mucho por definirse en términos del mercado, cómo estará, qué tipo de mensaje enviarán los dueños, porque hasta ahora han cerrado bastante la llave del dinero. Son negocios. La coyuntura es crucial.
En lo que sí opino es en la decisión que en un momento determinado Baltimore tendrá que adoptar con Machado. Les espera una de esas impostergables cuando se acerque la fecha límite de cambio a finales de julio.
Al día de hoy, no sé mañana, los Orioles no invertirán en Manuel Arturo como hizo Texas en su época con Álex Rodríguez, que le dio un pacto histórico. Así que lo mejor es cambiarlo, aunque sea por poco, pero, al menos eso pienso, que peor es perderlo por nada.
Habrá equipos que estarán dispuestos a rentar a Machado por varios meses, máxime si mantiene su ritmo actual, porque peloteros así marcan la diferencia entre clasificar a la postemporada y ganar una Serie Mundial.
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