Cuando escriba mi próximo artículo Luis Abinader será el presidente de nuestro país. El PLD será oposición luego de diez y seis años de gobierno.
El presidente Abinader ya desde ahora sabe que ser oposición no es lo mismo que ser gobierno. Sólo formar un gabinete es ensamblar un rompecabezas donde hay piezas que no se saben dónde van y otras que por más que se parezcan no ajustan en el espacio que insistimos ponerlas.
Desde el primer minuto de su juramentación vendrán las exigencias de una población que quiere justicia, denegada por años, a pesar de repetidos escándalos que nunca debieron permitirse.
El gobierno que termina, después de muchos logros, sale dejando muchas insatisfacciones, impugnaciones por concursos, denuncias por concesiones, por sobrevaluaciones, que tendrán que ser revisadas por el nuevo gobierno.
El presidente Abinader tiene que estar preparado para una oposición despiadada. Le sucederá algo parecido a lo que le aconteció al expresidente Leonel Fernández en su primer periodo, la oposición dirigida por un viejo caudillo, que no se resignaba a perder el poder, entendió que con huelgas podría desesperar al gobierno del joven presidente y acelerar unas elecciones para volver.
En la oposición tendrá amigos y enemigos, lo mismo lo tendrá en su propio partido, así es la ambición humana. No permita que eso le quite el sueño, como tampoco permita que los alabarderos, que desde ya tiene, lo hagan perder de rumbo.
Si hay que cambiar la Constitución que sea para beneficiar el país no para las apetencias de su partido. Encontrará para proyectos necesarios el apoyo de mucha gente consiente, pero de otros deseosos de volver a disfrutar de grandes sueldos, viajes pagados por el Estado, hasta amigas subvencionadas.
Los partidos políticos se enfrentan a una necesaria composición, unos por ser de reciente formación y otros que por años no han sido capaces de cambiar las mismas caras que les hicieron perder el poder.
Esos son sin dudas los que con más entusiasmo harán todo lo posible para que su gobierno fracase. Son los mismos que decían que el cambio era un peligro, un camino al vacío. Pero tendrá la ventaja que quienes ahora hablan de recomponer al ya no partido de gobierno, son los mismos que nunca pudieron justificar por qué utilizaban la luz para sus propias pretensiones políticas, sin importan las consecuencias en el desarrollo del país.
Cuídese de asesores que no hace mucho tiempo llamaban locos a sus técnicos, que no necesitan de camaleones para darles clases, ya que, si en algo se han distinguido las diferentes designaciones que viene realizando para conformar el nuevo gobierno, es que son personas capaces y con hojas de vida intachables.
Será asediado por sesudos periodistas que, al perder la ración del boa, que claramente no querían perder, serán feroces en sus críticas, ponga oídos sordos porque lo único que buscan es cobrar, alguno que otro llega a tal osadía que pide públicamente que lo de él se lo den en efectivo. No tengo dudas de que ya le habrán visitado para decirle que no había nada en su contra que es simple negocio.
Nunca olvide que el tiempo está en su contra, el primer día le parecerá que falta mucho y muy pronto se dará cuenta de cuantos sueños no puedo realizar por falta de tiempo. Las decisiones más difíciles se toman los primeros días, pero si desde ya piensa en reelección, nunca hará lo que tiene que hacer.
Le dejaron una constitución que le permite reelegirse, pero trabaje como si no lo haría y le aseguro que hará un gran gobierno. Son muchos los que dicen que la reelección no es conveniente en países de institucionalidad precaria, sin embargo, hasta ahora los únicos expresidentes retirados son los que el Señor ha llamado o no lograron variar el curso de la historia.
Proteja el bien más preciado que tiene: su familia. Tratarán de dañar por todos lados, en eso son expertos, como “la gata de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano”.
Tenga momentos de soledad, donde revise los logros y fracasos. Recibe un país quebrado social, sanitaria y económicamente. Pero eso no quiere decir que no nos podemos levantar como el ave fénix, sea Usted y el equipo que lo acompañan los constructores de una nueva República Dominicana, no tema dejar en el camino a los que se aparten de la transparencia y los valores. Somos muchos más los que apostamos a su éxito, que los que pretenden su fracaso. ¡Dios los bendiga y bendiga a todos los dominicanos!!